Leales a la Fe
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Preordenación<br />
siblemente te incite a cometer hechos inicuos y hará un daño<br />
terrible a tus re<strong>la</strong>ciones familiares.<br />
Debido a <strong>la</strong> naturaleza adictiva de <strong>la</strong> pornografía y a los<br />
daños que puede causar en el cuerpo y el espíritu, los siervos<br />
de Dios nos han advertido repetidamente que <strong>la</strong> rechacemos.<br />
Si estás atrapado(a) en <strong>la</strong> trampa de <strong>la</strong> pornografía, deja de<br />
ver<strong>la</strong> de inmediato y busca ayuda. Por medio del arrepentimiento,<br />
podrás recibir el perdón y encontrar esperanza en el<br />
Evangelio. Acude al obispo o al presidente de rama, pide su<br />
consejo sobre <strong>la</strong> manera de superar el problema, y procura<br />
sanar a través de <strong>la</strong> expiación de Jesucristo. Pide al Señor que<br />
te dé fortaleza para vencer esa terrible adicción.<br />
Referencias adicionales: Mateo 5:27–28; Romanos 6:12; Alma 39:9; D. y<br />
C. 42:23.<br />
Véase también Castidad; Tentación.<br />
Preordenación<br />
En el mundo preterrenal de los espíritus, Dios designó a<br />
ciertos espíritus para que cumplieran misiones específicas<br />
durante <strong>la</strong> vida terrenal. A eso se le l<strong>la</strong>ma preordenación.<br />
La preordenación no garantiza que esas personas reciban<br />
ciertos l<strong>la</strong>mamientos o responsabilidades, sino que esas<br />
oportunidades se reciben en esta vida como resultado de<br />
ejercer con rectitud el albedrío, así como <strong>la</strong> preordenación fue<br />
el resultado de <strong>la</strong> rectitud en <strong>la</strong> existencia preterrenal.<br />
Jesucristo fue preordenado para llevar a cabo <strong>la</strong><br />
Expiación y llegar a ser el “Cordero que fue inmo<strong>la</strong>do desde<br />
el principio del mundo” (Apocalipsis 13:8; véase también 1<br />
Pedro 1:19–21). En <strong>la</strong>s Escrituras se hab<strong>la</strong> también de otras<br />
personas que fueron preordenadas. El profeta Abraham<br />
aprendió acerca de su propia preordenación cuando recibió<br />
una visión en <strong>la</strong> que vio a “muchas de <strong>la</strong>s [almas] nobles y<br />
grandes” entre los espíritus del mundo preterrenal. Él dijo:<br />
“Vio Dios que esas almas eran buenas, y estaba en medio de<br />
el<strong>la</strong>s y dijo: A éstos haré mis gobernantes; pues estaba entre<br />
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