Leales a la Fe
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Oración<br />
Por lo menos, todas <strong>la</strong>s mañanas y todas <strong>la</strong>s noches, busca<br />
un lugar libre de distracciones, arrodíl<strong>la</strong>te con humildad y<br />
comunícate con tu Padre Celestial. Aunque habrá ocasiones<br />
en que tengas que orar en silencio, algunas veces haz un esfuerzo<br />
extra por orar en voz alta (véase D. y C. 19:28; 20:51).<br />
Recuerda que <strong>la</strong> oración es una comunicación que fluye<br />
en ambas direcciones. Al terminar tus oraciones, tómate el<br />
tiempo para hacer una pausa y escuchar. A veces, nuestro<br />
Padre Celestial te dará consejos, guía o consuelo mientras todavía<br />
estés de rodil<strong>la</strong>s.<br />
Nunca cedas ante <strong>la</strong> idea de que no eres digno(a) de orar.<br />
Esa idea proviene de Satanás, que quiere convencerte de que<br />
no debes orar (véase 2 Nefi 32:8). Si no sientes deseos de orar,<br />
ora hasta que los sientas.<br />
El Salvador ha mandado: “Ora siempre para que salgas<br />
triunfante; sí, para que venzas a Satanás y te libres de <strong>la</strong>s manos<br />
de los siervos de Satanás que apoyan su obra” (D. y C.<br />
10:5). Aunque no te es posible estar continuamente de rodil<strong>la</strong>s<br />
y ofrecer en todo momento una oración personal y privada,<br />
permite que tu corazón esté “[entregado]<br />
continuamente en oración a [Dios]” (Alma 34:27; véase también<br />
3 Nefi 20:1). En el transcurso del día, puedes conservar<br />
en el corazón un sentimiento constante de amor por nuestro<br />
Padre Celestial y por Su Amado Hijo. Expresa gratitud en silencio<br />
al Padre y pídele que te fortalezca en tus responsabilidades.<br />
En los momentos de tentación o de peligro físico, pide<br />
Su ayuda en silencio.<br />
La oración familiar<br />
Además de mandarnos orar en privado, el Salvador nos ha<br />
exhortado que oremos con <strong>la</strong> familia. Él dijo: “Orad al Padre en<br />
vuestras familias, siempre en mi nombre, para que sean bendecidos<br />
vuestras esposas y vuestros hijos” (3 Nefi 18:21).<br />
Si eres casado(a), haz que <strong>la</strong> oración familiar se convierta<br />
en una práctica invariable de <strong>la</strong> vida familiar. Por <strong>la</strong> mañana y<br />
por <strong>la</strong> noche, arrodíllense juntos con humildad. Dale oportu-<br />
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