Estudios Revista Ecléctica. Número 69 - Christie Books
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ojo del clarín al azul de la flauta. Y no faltará<br />
tampoco el resoplido beluino de alguna máscula<br />
voz atávica que, autoritaria, congregue a su<br />
grey en son de anatema, ni el lamento estreme-<br />
cido de alguna fémina que haga, a su paso, el<br />
vivo gesto de sorpresa de la gacela cogida por<br />
el cazador en pleno descuido silvano.<br />
LUIS HUERTA<br />
Filosofía práctica<br />
Esbozo sobre la Felicidad<br />
Una de las principales preocupaciones del<br />
espíritu humano, consiste en el laudable deseo<br />
de ser felíH: en la forma, modo y manera de<br />
cómo se colmará ese deseo, de cómo se obtendrá<br />
la ansiada felicidad. Todos deseamos vehementemente<br />
ser felices y prodigar felicidad a<br />
quienes amamos y creemos que nos aman. El<br />
individuo, para ser feliz, piensa, estudia, trabaja.<br />
Traba conocimiento con sus semejantes,<br />
establece relaciones, comercia y vive en sociedad.<br />
Vive en sociedad porque la tradición, la<br />
historia y la práctica de la vida le han dado a<br />
entender que con su aportación personal a la<br />
ciencia, al arte, a la industria, a la agricultura y<br />
al trabajo útil, en fin, podrá percibir del común<br />
social, a guisa de trueque, más o menos equitativo,<br />
lo que para sí y los suyos que se hallen<br />
indefensos necesite. Es esta una ley moral y<br />
económica inherente a toda forma de convivencia<br />
colectiva, que rige, a través de los tiempos,<br />
en cada uno y todos los sistemas de organización<br />
social.<br />
Desde los más remotos tiempos, el hombre,<br />
en tedas las latitudes del planeta, sin excepción<br />
de rasa, de color ni religión, hase unido solidariamente<br />
a sus congéneres para hacer circular,<br />
por las arterías sociales, los productos de<br />
su esfuerzo, con el fin de agenciarse, en justa<br />
compensación, lo necesario a su subsistencia,<br />
de entre lo producido por los demás, y porque<br />
sabe por experiencia que, por muy capacitado<br />
que estuviera para diversas funciones y por<br />
mucho que luchare, jamás podría llegar a bastarse<br />
a sí mismo.<br />
Hasta aquí, y desde el punto de vista expuesto,<br />
el hombre mantiene limpio e incólume<br />
su equilibrio moral, sin dejarse influenciar por<br />
insanas y desviadas pasiones. Es e! tipo humano<br />
de costumbres sencillas y, por ende, austeras,<br />
sin perturbaciones destructoras, sin másíntroducciones<br />
espirituales en su conciencia que las que,<br />
naturalmente, le impone el progreso en general.<br />
Mas si el hombre, en su cita calidad de rey<br />
de la creación, es capas de asimilarse, envuelto<br />
por un ambiente propicio, todos las ventajas<br />
morale?, intelectuales, científicas y económicas<br />
que llevan en sí los tiempo?, también deja que<br />
se infiltren en su espíritu todas las mala? pasiones,<br />
hasta el extremo lamentable de reparar la<br />
conciencia de su natural y primaria filiación, si<br />
fue buena en sus albores, o embrutecerla hasta<br />
dejarla desconocida, si por herencia, o desde<br />
sus primeros día?, llevaba ya aparejados sedimentos<br />
pasionales corruptores.<br />
Con lo dicho, decir quiero que, «i es verdad<br />
que "no hay mal que por bien no venga", no lo<br />
es menos que no hay bien que no lleve en sí<br />
posibles predisposiciones para el mal.<br />
Así, puede muy bien ocurrir, y ocurre en<br />
efecto, que la misma superioridad intelectual<br />
que el hombre gosa, con respecto a los otros<br />
seres de la escala Hoológica, que le da medios<br />
y ocasión para vivir una vida más intensa y<br />
más rica en matices y emociones, puede hacer<br />
del ser humano la más desgraciada de todas<br />
las criaturas, ya que la mayor inteligencia y efusión<br />
empleadas para asimilarse atributos de<br />
bondad y de virtud pueden ponerse en funciones<br />
para empresas de vicio, de maldad y corrupción.<br />
Del mismo modo que la riqueza económica<br />
que permite la holganza y el regalo,<br />
tiene más posibilidades y pertrechos que su<br />
dorso la pobreza, para pervertirse y sembrar<br />
por el mundo la desdicha y el dolor.