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Estudios Revista Ecléctica. Número 69 - Christie Books

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notable, nos ofrece en este libro Margarita Leclerc.<br />

Nos gusta, además, su valentía.<br />

Sin embargo, no podemos dejar de señalar<br />

algunos de los errores de que, según nuestro<br />

juicio, adolece lo que podemos llamar el ideario<br />

de esta escritora.<br />

Parece ser que en el criterio de Margarita<br />

Leclerc, el hombre y la mujer, antes que semejantes<br />

que se completan, son antagonistas que<br />

luchan a ver quién puede más. No es extraño<br />

esto. Realmente, hasta ahora, así ha venido sucediendo<br />

no sólo entre mujer y hombre, sino<br />

entre todos los seres humanos entre sí, sin distinción<br />

de sexos. El hombre no es el hermano<br />

del hombre. Es su enemigo. Las condiciones de<br />

vida en que nos desenvolvemos así lo determinan.<br />

Por eso no extrañamos que esta escritora<br />

presente la .cuestión bajo ese aspecto, aunque<br />

nos apena. Teníamos derecho a creer y a esperar<br />

que las mujeres cultas que ansiosas de conquistar<br />

un porvenir mejor se lanzan al estadio<br />

de la lucha, tuvieran una visión más amplía del<br />

problema, ya que la cuestión a dilucidar creemos<br />

no debe ser la de tratar de emancipar una<br />

mitad de la especie en detrimento de la otra<br />

mitad, sino la de liberar a todo el género humano.<br />

Nada más justo que procurar la emancipación<br />

de la mujer sí no existiera la necesidad de<br />

emancipar la humanidad. Y esto no dejará de<br />

ser un sueño mientras no dejemos de considerarnos<br />

enemigos. El primer paso que tiene que<br />

dar la mujer hacía su emancipación es conceptuarse<br />

y ser de hecho, la colaboradora del hombre<br />

en su lucha por la creación de un mundo<br />

mejor.<br />

Otro errer de esta escritora estriba en sostener<br />

que la mujer es superior al hombre. No<br />

hace mucho honor a la mujer esta afirmación.<br />

¿Cómo se explica que siendo superior al hombre<br />

se haya dejado esclavizar por él? No. En<br />

nuestra opinión, no es ni superior ni inferior.<br />

Es nuestra igual. Es importantísimo hacer constar<br />

esto. En la escala infinita de las humanas<br />

actividades, no hay superiores ni inferiores.<br />

Hay solo individuos bien o mal educados que<br />

encuentran o no encuentran su camino. Una<br />

mujer con aptitudes y vocación para la música,<br />

a poco que las circunstancias la ayuden, será<br />

un músico mas notable que yo que carezco en<br />

absoluto de capacidad musical. Pero eso no<br />

quiere decir que esa mujer es superior a mí des-<br />

de el momento que yo puedo superarla en otras<br />

actividades para las cuales no posea ella iguales<br />

disposiciones. Y en todo igual.<br />

Tampoco compartimos la creencia de Margarita<br />

Leclerc cuando supone que el día que la<br />

mujer tome en sus manos las riendas del Poder,<br />

las cosas marcharán como una seda. En ese<br />

aspecto somos en extremo pesimistas.<br />

La mujer fracasará en el poder, como ha<br />

fracasado el hombre, sin haber logrado la paz<br />

social y la felicidad humana. La felicidad no<br />

será un hecho mientras exista quien desee gobernar.<br />

Únicamente será posible esa felicidad<br />

cuando, como dijo Lamennais, sólo exista en la<br />

sociedad un poder moral cuya influencia la<br />

ejerza sobre el corazón del pueblo el que<br />

más ame.<br />

Esto nos ha sugerido el estudio del interesante<br />

libro de Margarita Leclerc, y con toda<br />

sinceridad lo exponemos. Creemos que esta<br />

escritora posee preparación suficiente para hacer<br />

una obra comprensiva y justa y por eso<br />

hacemos estas apostillas. El problema a resolver<br />

no es demostrar que la mujer nos supera —cosa<br />

que de resultar cierta no nos molestaría lo más<br />

mínimo—ni si debe mandar u obedecer. El problema<br />

es que, unida al hombre, labore por la<br />

dignificación y superación humanas. Tal es, al<br />

menos, nuestro criterio, del que no hacemos un<br />

dogma.<br />

H. NOJA RUIZ<br />

Tres comedias en la oficina, por<br />

Alfonso Longuet.—Editorial "Nuestro Tiempo",<br />

Buenos Aires.—Un Ubríto interesante y ameno<br />

en que el autor traza de mano maestra y con<br />

esmerado estilo algunos tipos de oficinistas muy<br />

corrientes. El servilismo, la miseria, la peronalidad<br />

borrosa del empleado de oficina, resaltan<br />

en estas pápinas con una propiedad singular,<br />

perfectamente lograda.<br />

Comprensión sea 9a ley, porj.<br />

namtirií.— Esíá formano este folleto por las<br />

respuestas íntegras que a las preguntas que en<br />

el séptimo campamento de la Orden de la Estrella<br />

celebrado en Ommen (Holanda), le fueron<br />

formuladas a Krishnamurti. El contenido de<br />

este librito es por demás interesante, especialmente<br />

para los aficionados al estudio de la<br />

Teosofía.

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