Estudios Revista Ecléctica. Número 69 - Christie Books
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sin el prejuicio de la opinión de los demás y sin<br />
el miedo al contrarío, quedaría instantáneamente<br />
desvanecido.<br />
Probado ha quedado que los valientes, que<br />
afortunadamente van desapareciendo, hacían Y<br />
sostenían un papel de guapos a expensas del<br />
miedo de sus convecinos, y que en cuanto un<br />
hombre, sereno y decidido, les demostraba que<br />
no tenía miedo a sus bravuconadas, quedaban<br />
hechos unos peleles, sin arrestos para defenderse.<br />
Trigo delineó, de mano maestra, el valor de<br />
un pusilánime que servía de hazmerreír a toda<br />
una redacción, y que de la tarde a la mañana<br />
se convirtió en un valiente, por haberle desengañado<br />
el médico de que padecía una enfermedad<br />
incurable.<br />
Convencido de morir a plazo breve, tanto<br />
se le díó sucumbir del hígado como de una<br />
bala; mas una vez alcanzada la popularidad y<br />
curado de la enfermedad, su vida estaba turbabada<br />
por el miedo de que otro incurable le<br />
arrebatase la fama que a caso tan fortuito<br />
debía.<br />
Por eso el valor se demuestra generalmente<br />
con los inferiores, y pocas veces se desafía<br />
serenamente y sin humillaciones la cólera de<br />
los superiores, confirmando el refrán de que<br />
"el pez gordo se come al pequeño", y esta cualidad<br />
no es desconocida de nuestros hermanos<br />
inferiores en la escala zoológica, aunque también<br />
se podrían citar ejemplos de protección a<br />
la debilidad, dejando aparte la ley de la maternidad,<br />
que, como es sabido, es practicada en<br />
las escalas más inferiores de una manera admirable.<br />
El cangrejo paguro, que habita en el Adriático,<br />
el Mediterráneo y el mar del Norte, es tan<br />
voraz que no respeta ni a los de su especie,<br />
desmintiendo aquel refrán de que: "Entre lobos<br />
no se muerden". Refiere Fredol que una vez<br />
un sabio naturalista puso en un acuario seis<br />
cangrejos paguros de diferentes tamaños; uno<br />
de ellos se aventuró hasla el centro, y fue<br />
pronto alcanzado por otro mayor, que, cogiéndole<br />
con sus pinzas, púsose a romper su caparazón,<br />
con objeto de abrirse camino hasta su<br />
carne; pero mientras él efectuaba esta operación,<br />
otro compañero más fuerte avanzaba hacía<br />
él, y cogiéndole exactamente de la misma<br />
manera, lo devoró con ferocidad. A la mañana<br />
siguiente, sólo quedaban en el acuario dos cangrejos,<br />
los más grandes y robustos, que, colocados<br />
cada uno en un ángulo, se miraban con<br />
ira y con desconfianza.<br />
En estos dos crustáceos, el miedo al saber<br />
las buenas disposiciones de su contrarío para<br />
la lucha, anulaba el valor que habían sentido<br />
para atacar a sus inferiores, de donde se saca la<br />
consecuencia de que el valor pendenciero se<br />
aumenta en proporcióm directa a las probabilidades<br />
de victoria, y a veces es también una<br />
lucha desesperada de defensa ante el temor de<br />
ser arrollados por el contrarío.<br />
Mas existe un valor de real y positivo mérito,<br />
que consiste en vencer, con tesón y consciencia,<br />
las adversidades, luchando por mejorar<br />
las condiciones de vida favorables para toda<br />
una especie, y este valor anónimo, y que pocas<br />
veces da honra y provecho a quien lo posee, es<br />
el que transforma en útil todo cuanto sale de la<br />
mano del hombre.<br />
El valor, como dijo Dicenta, no se demuestra<br />
con la pendencia ni la navaja en la mano,<br />
sino con el libro y el arado, que es la inteligencia<br />
y el trabajo fecundo, luchando, hora tras<br />
hora, contra todo lo que se opone al libre desenvolvimiento<br />
de la especie humana.<br />
El valor no destruye, rehace, y el ser humano<br />
nunca demuestra mejor su valor que cuando<br />
acepta serenamente la consecuencia de sus<br />
actos, siempre que éstos sean la ecuánime manifestación<br />
de una voluntad ejercitada en la<br />
conquista del bien y la libertad.<br />
Lo demás es fanfarronería y el manto con<br />
que se cubren los ambiciosos para medrar a<br />
costa de los débiles.<br />
ANTONIA MAYMÓN<br />
ENTRE REJAS<br />
por Ramón Magre<br />
Pronto aparecerá, editado por Editorial «Vértice», de<br />
Barcelona, este hermoso libro cuyo original hemos<br />
tenido ocasión de leer, y estamos seguros de que el público<br />
lector lo acogerá con gran simpatía, pues en él se<br />
revela su joven autor como un maestro en la narración<br />
y en el estilo impecables.<br />
Advertimos a los colaboradores espontáneos,<br />
que no se devuelven los originales, publíquense<br />
o no, ni se mantiene correspondencia<br />
acerca de ellos.