15.05.2013 Views

Estudios Revista Ecléctica. Número 69 - Christie Books

Estudios Revista Ecléctica. Número 69 - Christie Books

Estudios Revista Ecléctica. Número 69 - Christie Books

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

VIII<br />

El operador hizo su visita a la hora indicada. Era gran amigo de Enrique; casi tan enamorado<br />

de la música como lo estaba de su profesión.<br />

Reconoció a la enferma, encontrándola bien; dio sus instrucciones a Sor Claudia y al médico<br />

de cabecera y se quedó a cenar con el músico, aceptando la invitación de que éste hizo extensiva<br />

al otro doctor.<br />

—Acepten, y me prestarán un servicio grande. Desde hace un mes, apenas salgo de esta<br />

casa. Juanito y yo nos hemos dicho y contado cuanto uno a otro podíamos contar y decir. La<br />

conversación de Sor Claudia no es de lo más ameno. Sacándola de sus santos, de sus chismes, del<br />

hospital y de la añoranza de la tierra gallega donde la hermana vino al mundo, acabó la mujer.<br />

Con la mejoría de luana, me he puesto de un excelente humor y lo quiero comunicar con personas<br />

de mi agrado y de mi interés.<br />

—¡A ello!—dijo el operador.<br />

—He avisado al Ideal Room para que nos traigan una buena comida; no tardará en estar aquí<br />

arriba de medía hora. ínterin llega, vamos al comedor y tomaremos un ajenjo, un vermouth, lo<br />

que sea más de su agrado. Certifico la bondad de las marca». Juanito nos acompañará.<br />

—Como usted disponga, don Enrique—repuso el estudiante.<br />

—¡Beban un sorbo a mi salud!—dijo La Perla, que seguía desde su alcoba la conversación de<br />

los hombres.<br />

—Se hará, descuide usted, se hará—contestó el médico de cabecera—. Sor Claudia—siguió—,<br />

mucho cuidado hasta que volvamos nosotros. Reconózcala de vez en cuando por si se aflojan los<br />

tapones.<br />

—No haya miedo. Los he revisado ahora mismo—interrumpió el operador—, y como no sea<br />

tirando de ellos, no cederán. Permitirá usted, querido Enrique, que avise a mí casa por teléfono.<br />

Aunque solterón, soy metódico, y no quiero que mi ayudante y mi ama de gobierno esperen y<br />

esperen, con el estómago vacío, creyendo que me he retrasado por cualquier circunstancia.<br />

Terminada la cena, propuso Enrique que fueran a tomar en el gabinete el café y los licores.<br />

A cargo de Beatriz quedó este servicio.<br />

—Duerme—cuchicheó la hermana, cuando los cuatro amigos entraron en la habitación.<br />

—Hablaremos quedo.<br />

—El sueño es profundo. A más he dejado caer el tapiz, y es lo bastante espeso para ahogar<br />

el ruido de la conversación.<br />

— Pues vaya a cenar, que nosotros vigilaremos. Venga ese café. Beatriz.<br />

Dejó el gabinete Sor Claudia, y los hombres comenzaron a hablar por lo bajo. Poco a poco,<br />

convencidos de que era profundo el sueño de La Perla, hablaron más alto. Algunas frases llegaban<br />

a la alcoba por una abertura del portier.<br />

Hablaron, por jin, de la enferma, de los resultados de la operación, del restablecimiento más<br />

o menos próximo.<br />

—¿De manera—preguntó Enrique—que el peligro de muerte ha desaparecido?<br />

—Al menos, lo hemos retrasado para plazo no corto. Estos procesos cancerosos, aunque sea<br />

tarde, retoñan.<br />

La Perla había despertado; pero al oír confusamente que se trataba de ella, no quiso que los<br />

de fuera se enteraran. Continuó inmóvil, con los ojos cerrados y el oído abierto, aguzado por la<br />

curiosidad.<br />

—Teme usted...—siguió preguntando Juanito.<br />

—Acaso; pero será en fecha muy remota.<br />

—De suerte ¿que dentro de un mes la tendremos restablecida?<br />

—Antes.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!