2º semestre - Año XXV - aespat
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Estructuras cerebrales y estados del ego / Brain structures and ego states 265<br />
LeDoux es un neurocientífico muy audaz<br />
que dice que la mayoría de los términos de<br />
Freud tienen una gran cantidad de “equipaje<br />
teórico” que quiere dejar de lado cuando<br />
discute la formación del “yo”. En su presentación,<br />
LeDoux utiliza los términos “yo explícito”<br />
y “yo implícito” (2002, p. 27). Relaciona<br />
el yo explícito con la memoria explícita,<br />
es decir, con la memoria de cosas que<br />
conscientemente conocemos, cuyo contenido<br />
podemos recuperar de forma narrativa<br />
y en palabras. En cambio los aspectos implícitos<br />
de la memoria y del yo, por contaste,<br />
son todos los aspectos del yo no inmediatamente<br />
disponibles para la consciencia,<br />
porque son más inaccesibles o actualmente<br />
no se accede a ellos.<br />
LeDoux también se refiere al papel de la<br />
“memoria de trabajo” (2002, p. 115). Éste<br />
es un sistema neuronal en la corteza prefrontal,<br />
muy estrechamente relacionado<br />
con el hipocampo, que tiene la capacidad<br />
de integrar información de varios sistemas<br />
y de mantener esta información temporalmente<br />
con el fin de desarrollar operaciones<br />
mentales (por ejemplo, comparar, contrastar,<br />
reconocer, etc.). Puede, entonces, utilizar<br />
el resultado de ese procesamiento para<br />
regular nuestra atención o las acciones que<br />
emprendemos. Para LeDoux, el yo es la totalidad<br />
del organismo viviente, no simplemente<br />
la parte de la que nos damos cuenta.<br />
Afirma que el sentido del yo es variable<br />
con el tiempo, es plástico y dependiente de<br />
la salud de nuestras sinapsis. Esto es, en<br />
la enfermedad mental severa o en el trauma,<br />
nuestro sentido del yo puede cambiar y<br />
ser apenas reconocible.<br />
Así es como LeDoux (2002) describe el<br />
proceso:<br />
En la medida en que nuestras experiencias<br />
vitales contribuyan a formar quiénes somos,<br />
el almacenamiento de la memoria implícita<br />
y explícita constituye un mecanismo clave<br />
a través del cual se va formando ese yo, y<br />
se va manteniendo. Estos aspectos del Yo<br />
que se aprenden y se almacenan a través del<br />
sistema de la memoria explícita forman lo<br />
que se llaman los aspectos explícitos del yo.<br />
Ser auto-conscientes recuperar de la memoria<br />
a largo plazo nuestra comprensión de<br />
quiénes somos y colocarla en la parte frontal<br />
de nuestro pensamiento. Por el contrario,<br />
aquellos aspectos del yo almacenados en<br />
sistemas inaccesibles, los sistemas implícitos,<br />
conforman los aspectos inaccesibles de<br />
la persona. Utilizamos esa información sobre<br />
nosotros mismos durante todo el tiempo,<br />
pero no somos conscientes de ella. La manera<br />
como característicamente andamos o hablamos,<br />
la manera como pensamos o sentimos<br />
muchas veces son fenómenos aprendidos<br />
y funcionan en la basándose en la experiencia<br />
pasada, pero sus operaciones tienen<br />
lugar fuera de la consciencia (p. 28).<br />
Podemos reconocer estas cualidades<br />
explícitas e implícitas cuando observamos<br />
los estado de ego Padre, Adulto y Niño en<br />
sus manifestaciones. “El yo es una unidad<br />
en el sentido de que los organismos tienen<br />
grandes dificultades para mantenerse a sí<br />
mismos vivos y bien. El daño físico a la<br />
apariencia de uno no es algo que se tome<br />
a la ligera (...) ni los insultos a nuestro carácter.<br />
La auto-preservación del yo es universal<br />
para los organismos conscientes e<br />
inconscientes” (p. 29).<br />
El paralelo con los sistemas del Padre,<br />
del Adulto y del Niño es que, cuando se activa,<br />
cada una tiene un sentido particular<br />
del yo (con sus pensamientos, sentimientos<br />
y conductas) que pueden resistirse a nueva<br />
información. Esto es muy obvio en el caso<br />
de los estados de ego Padre y Niño pero<br />
también podemos verlo cuando el Adulto<br />
activado se enfrenta a situaciones nuevas<br />
que contradicen conocimientos, de muy<br />
atrás, bien establecidos en la memoria.<br />
Esta resistencia se manifiesta a menudo a<br />
través de la confusión y el cambio de estados<br />
de ego Padre o Niño, como en los juegos<br />
psicológicos. “El yo no es estático” (Le-<br />
Doux, 2002, p. 29). Tiene una plasticidad<br />
igual que las neuronas y los sistemas neuronales<br />
que la conforman. Se añaden o se<br />
sustraen informaciones constantemente<br />
con el aprendizaje, el olvido, el estrés, la<br />
edad y la enfermedad. En este sentido, el<br />
Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 57, <strong>Año</strong> 2007