You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
La Conslifucton del Am.i Doec<br />
1243<br />
—Lo creo, puesto que aqul ha venido usted.<br />
—;Por qud no habia de haber venido?<br />
—Porque ningün sacerdote se atreve a venir.<br />
—No comprendo.<br />
—Los unos dicen cjue esta casa csti maldita: los otros manifiestan<br />
francamente su miedo a. los esantos.<br />
—Los sacerdotes de Dios, creen en patraflas semejantes?<br />
—No sd, padre, si lo creen, ó si al dar esta respqesta obedecen<br />
a. órdenes superiores.<br />
—;AquI existe una infamial—dijo el novicio con irreprimible<br />
exaltación.<br />
- —Si, padre mb, si existe; pero yo no puedo combatirla.<br />
—Hija mba, yo ayudard a. iisted a. ello,—agregó con voz resuelta<br />
ci novicio.<br />
—Gracias, Dios mbo,—exclamó la darna con profundo reconocimiento,<br />
y añadiendo dcspués:—es usted extranjero, padre?<br />
—No, señora; por qu me lo pregunta usted?<br />
—Porque viendo la resistericia de todo sacerdote a. venir a. mi casa,<br />
habia vo encargado a. ml flel criada que hicicra venir a. mi<br />
casa al piint- s:i::idotc cxtrancr '. fiiin<br />
viese.<br />
—Pues ni, nua, n 5)V ni - in :i i : '': si m<br />
plemente un novicio mexicano que algo cutiendc de esa cnfcrrnedad<br />
del alma que usted padcce, porque, como usted lo pretendió,<br />
yo tarnbié,i pretendo encontrar a. ella alivio en la religion, a. Ia<br />
Cual me consagro.<br />
—iLuego usted no s saccrdotc—cxclarnó con amarga sorpresa<br />
la dama.<br />
—No In sos- aim, scñora, pero rnimtras Ilego a ser sacerdote,<br />
SOY un hombre v un caballero, con ci cual puede usted contar en<br />
medio de Ia soledad en quc dice usted hallarse.<br />
—Yo hubicra querido un sacerdote, pucs aunque no terno a Ia<br />
muerte, su proximidad me espanta, y creo en esa religion que solo<br />
a ml niega sus auxilios.<br />
—Señora, yo me encargo de que no Ic falte a. usted ese sa-<br />
Cerdote<br />
-Quin es usted entonces, que tal puede ofrccer?<br />
—SOY, señora, un hombre cualquiera, pero acostumbrado estoy