ANO DOCE

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(No ha sido grande a la verdad Ia diferencia quo entre estos v
esos pueblos he encontrado; hijos legitimos de ellos, conservamos
todos sus vicios y ligerezas polIticas. La pasión general es aqul
como allá la del deseo de mandar y figurar, y basta reunir a dos
hombres para que surjan la lucha y ci desacuerdo; figurate tCt b
que habra pasado en estas farnosas Cortcs quo, aunquc abiertas en
Ia isla de Leon, Ilevan nonibre do ]as de Cádiz, porquc en este
puerto celebran sus sesiones; forrnaIronse do ciento dos diputados,
de los cuales veintiocho representaban a America y Filipinas con
caráctcr de suplentcs, niicntras iban liegando los propietarios imrnbrados
por ]as colonias. Muy luego a.surnieron todo ci poder, dindose
hasta ci tItuio do Majestad, todas cuyas prerrogativas tornaron
pot su simple y omnIrnoda voluntad: no tardaron ni ci tiempo que
en contártelo erupico, en dividirse en dos fracciones ó partidos, to.
mándose ci uno ci titulo de liberal y dando al contrario ci de s'rvii:
los ameriäanos rnantuvidronse indcpendientes y se inclinaron
siempre del lado do su propio interés, decidiendo las votaciones
por su masa, con c1lo causando a Espana males quo largo ticrupo
larnentará. FuC uno de sus primeros actos solicitar do las Cortes ci
aurnento de diputados arnericanos y ci .sobreseirnicnto en todas las
causas do infidencia; y aunque a lo primero no so accediO, si Sc
obsequió la segunda parte de la petición con un induito general
quo a nadie fuC mIs ütil quo al dCbil y avariento Iturrigaray,
quien inmediatamente se acogid a éi. Lucharon dcspuCs sin trcgua
ni descanso para lievar adelante once proposiciones quo presentaron
en la sesidn del 16 do Diciembre de r8io, relativas a una total
igualdad de la America y de Espana en cuanto a represcntación
nacional, libertad industrial y comercial, supresidn de toda especie
de estancos, opcidn a todos los empicos politicos, eclesiásticos y
militares, quo deberian repartirse por mitad entre europcos y crioilos,
y ci restabiecimiento do los jesuitas. La discusidn de estasproposiciones
fu acalorada y abundaron en ella los incidentes rná5
curiosos: diputado hubo, y lo fué el peruano D. José de Mejla, quo
peroró do rodillas para mejor conmover los ánimos. Los españoles
de esta peninsula tienen por nosotros los mexicanos rnarcada prodilección,
y a ella debimos quo ci primer presidente americano do
aquellas Cortes fuese ci Dr. D. Antonio Joaquin Perez, diputado
por Pucl)la y cinouigo ic su catedra: : fo:ni tarni_dir, iar:c dc