ANO DOCE

270 Episodios HLctö yjcos Mexicanos
monte derrotado en ]as curnbres de Acultzingo y muerto ci tern ible
D. Hermenegildo: qué habIa pues quo temer Cierto es que los
amigos do la revoluciôn en Ia capital, negaban quo todo esto fuese
verdad; pero ;quiSn habia de dar fe A aquellos indepen client es teó.
ricos?
Aparte do esto, naclie se ocupaba lor aqucilos dIas, en Ia Ciudad,
do otra cosa que do las reformas introducidas por la Constitución
espanola, y do la lihertad do imprenta sobre todo. Siempre ha
habido entre nosotros mIs escritores que personas quo leerlos
quieran, pero en aquellos dIas no nos habiamos convencido aim n do
Clio, y por eso nos parcció más asonibroso. Ello es positivo, corno
dijo D. Carlos Bustarnante, que casi todos aqueltos escritos cfueron
indecentes en su mayor parte, y daban rnuy mal cobro en Europa
do la literatura rnexicana; pero quidn habia de pararse en pintas
para decir lo quo rnejor Ic acomodase?
Personas hubo, no obstante, quo condenaran la ligereza y estupidcz
con quo toda ciase do cuestiones se trataron, usando J)ara
Clio un lenguaje tabernario y rico en insultos y diatribas; pero
nadie hizo caso do aqucllas censuras, que por lo mismo quo tran
justas y racionales, fucron mal recibidas por aquellos eruditos i Ia
violeta, groscros charlatanes é inmunclos rebuscadores do chismes
y miserias.
Aquelios nccios periodistas, tenIan la soberbia do su ignorancia
é inutilidad.
Los papeles publicaban epigramas y letrillas contra los enernigos
de los periodistas imbeciles, y de ellas entresacamos la siuicnte,
que no es ni mucho menos la peor, y vid Ia iuz en ci Diarlo.
Dice asj:
De los f'eriodjsfas
lil'ranos, Seizor,
a los que f,:t,no
iurbio €1 coradn.
A los que juramos
a Napoleon,
siendo ahora patriotas
de especulaciOn.