Monografia99

En el campo de la Estrategia, donde actuará preferentemente la Unidad de
Prospectiva, es de interés señalar que la utilización de la Prospectiva,
independientemente del modelo empleado, pero sobre todo usando el
normativo, supondrá una actitud mental claramente distinta a la hasta
ahora adoptada. De modo que frente a la Estrategia clásica de lo «real»,
podemos hoy colocar la Estrategia de lo «deseable».
La Estrategia clásica, que podríamos llamar de lo «real», hace referencia a
un futuro previsible, que cubre normalmente el corto y medio plazo y se
apoya en la continuidad de las tendencias detectadas. Las decisiones,
tomadas en su marco, se justifican por las inercias fuertes del presente
con grandes posibilidades de prolongarse en el futuro.
El pensamiento de esta Estrategia clásica se apoya en un proceso intelectual
en que la lógica y la argumentación reposan en la enseñanza de la
Historia. La Polemología es su ciencia de base y sus leyes permiten la
extrapolación de las conclusiones, o principios de actuación, desde un
cierto contexto a otro similar del momento actual o futuro.
En cambio, la que podríamos llamar Estrategia de lo «deseable» difiere
sensiblemente de la actitud científica anteriormente expuesta, pues pone
en duda la linealidad del proceso de relación causa-efecto (recordemos
que era uno de los principios del cartesianismo, rechazado por el nuevo
paradigma sistémico) y encauza su proceso mental hacia la exploración,
con imaginación y creatividad, de los futuros posibles en esa actitud que
hemos denominado, reiteradas veces, Prospectiva.
Luego, y volvemos a reiterarnos, en este marco de la Estrategia de lo
«deseable» habrá que influir en los actores proponiendo adoptar medidas
conducentes al futuro deseado, así como otras que eviten los no deseados.
Es decir tratar de configurar el futuro.
Estas medidas o acciones podemos clasificarlas en tres grupos, según su
planteamiento estratégico:
1. Planteamiento básico. Independientemente de los escenarios estudiados,
las acciones se enmarcan en el desarrollo previsto de todos los
acontecimientos.
2. Planteamiento proactivo. Son las medidas puramente prospectivas,
pues estas acciones se adoptan por anticipación, para el fomento de
aspectos positivos del escenario deseado. Sirven para reforzar factores
competitivos o para aprovechar oportunidades futuras o evitar riesgos
por venir.
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