02.05.2014 Views

El Cielo y el Infierno

El Cielo y el Infierno

El Cielo y el Infierno

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> <strong>Ci<strong>el</strong>o</strong> y <strong>el</strong> <strong>Infierno</strong> o la Justicia Divina según <strong>el</strong> Espiritismo - Allan Kardec<br />

13. ¿Os reconocéis mejor ahora?<br />

R. Sé ahora que no soy de ese mundo, y no lo siento. Tengo pesar de lo que he hecho, pero<br />

mi espíritu es más libre. Sé mejor que hay una serie de existencias que nos dan los conocimientos<br />

útiles para ser perfectos tanto como la criatura puede serlo.<br />

14. ¿Sois castigado por <strong>el</strong> crimen que habéis cometido?<br />

R. Sí, tengo sentimiento por lo que he hecho y sufro por <strong>el</strong>lo.<br />

15. ¿De qué manera sois castigado?<br />

R. Soy castigado porque reconozco mi falta y pido perdón a Dios. Soy castigado por la<br />

conciencia de mi falta de fe en Dios, y porque sé ahora que no debemos cortar los días de nuestros<br />

hermanos. Soy castigado por <strong>el</strong> remordimiento de haber retardado mi ad<strong>el</strong>anto, yendo por un<br />

camino falso, y no habiendo escuchado <strong>el</strong> grito de mi conciencia que me decía que matando no<br />

llegaría a mi objeto. Pero me dejé dominar por <strong>el</strong> orgullo y los c<strong>el</strong>os, me he engañado y me<br />

arrepiento, porque <strong>el</strong> hombre debe siempre hacer esfuerzos para sujetar sus malas pasiones, y yo no<br />

los hice.<br />

16. ¿Qué sensación experimentáis cuando os evocamos?<br />

R. Placer y miedo, porque no soy malo.<br />

17. ¿En qué consisten ese placer y ese miedo?<br />

R. Un placer en conversar con los hombres y poder en parte reparar mi falta confesándola.<br />

Un miedo que no podría definir, una especie de vergüenza de haber sido asesino.<br />

18. ¿Querríais ser reencarnado en esta Tierra?<br />

R. Sí, lo pido y deseo encontrarme constantemente expuesto a que me maten y temer que así<br />

suceda.<br />

Habiendo sido evocado Mn. Sibour, dijo que perdonaba a su matador y rogaba porque volviese al bien.<br />

Añadió que aunque presente, no se había mostrado a él por no aumentar su sufrimiento. <strong>El</strong> temor de verle, que<br />

era una señal de remordimiento, era ya un castigo.<br />

P. ¿<strong>El</strong> hombre que comete un asesinato sabe, <strong>el</strong>igiendo su existencia, que acabará siendo un<br />

asesino?<br />

R. No, sabe que <strong>el</strong>igiendo una vida de lucha, hay exposición para él de matar a uno de sus<br />

semejantes, pero ignora si lo hará, porque hay casi siempre lucha en él.<br />

La situación de Verger en <strong>el</strong> momento de su muerte es la de casi todos aqu<strong>el</strong>los que perecen de muerte<br />

violenta. Operándose la separación d<strong>el</strong> alma de una manera brusca, están como aturdidos. y no saben si están<br />

muertos o vivos. Se le ha ahorrado la vista d<strong>el</strong> arzobispo porque no era necesaria para excitar en él <strong>el</strong><br />

remordimiento, mientras que otros, al contrario, están incesantemente perseguidos por las miradas de sus<br />

víctimas.<br />

A lo enorme de su crimen. Verger añadió <strong>el</strong> no haberse arrepentido antes de morir. Estaba, pues, en<br />

todas las condiciones exigidas para incurrir en la condenación eterna. Sin embargo, apenas ha dejado la Tierra,<br />

<strong>el</strong> arrepentimiento penetra en su alma, repudia su pasado y pide sinceramente repararlo. No ha sido <strong>el</strong> exceso de<br />

los sufrimientos lo que le ha inducido a <strong>el</strong>lo, pues no ha tenido tiempo de sufrir. Es, pues, <strong>el</strong> solo grito de su<br />

conciencia, que no había escuchado durante su vida, y que oye ahora. ¿Por qué, pues, no se le tomaría esto en<br />

cuenta? ¿Por qué en <strong>el</strong> intervalo de algunos días, lo que le hubiera librado d<strong>el</strong> infierno, no le podría librar<br />

después? ¿Por qué Dios, que hubiera<br />

sido misericordioso antes de la muerte, no tendría piedad algunas horas más tarde?<br />

Podría uno sorprenderse de la rapidez d<strong>el</strong> cambio que se opera, a veces, en las ideas de un criminal<br />

endurecido hasta <strong>el</strong> último momento, y a quien basta para hacerle comprender la iniquidad de su conducta <strong>el</strong><br />

pasaje a la otra vida. Este efecto está lejos de ser general. Sin esto no habría malos espíritus. <strong>El</strong> arrepentimiento<br />

es a menudo muy tardío, y en consecuencia, también la pena es más prolongada.<br />

La obstinación en <strong>el</strong> mal durante la vida proviene, a veces, d<strong>el</strong> orgullo que rehúsa doblegarse y confesar<br />

sus culpas. Además, <strong>el</strong> hombre está bajo la influencia de la materia, que echa un v<strong>el</strong>o sobre sus percepciones<br />

espirituales y le fascina. Caído este v<strong>el</strong>o, una luz súbita le ilumina y se encuentra como desilusionado. Larápida<br />

vu<strong>el</strong>ta a mejores sentimientos siempre es indicio de un cierto progreso moral cumplido, que no pide más que una<br />

Página 172

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!