02.05.2014 Views

El Cielo y el Infierno

El Cielo y el Infierno

El Cielo y el Infierno

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>El</strong> <strong>Ci<strong>el</strong>o</strong> y <strong>el</strong> <strong>Infierno</strong> o la Justicia Divina según <strong>el</strong> Espiritismo - Allan Kardec<br />

¡Qué responsabilidad asumen los que niegan la instrucción a las clases pobres de la<br />

sociedad! ¡Creen que con los gendarmes y la policía pueden prevenir los crímenes! ¡En qué error<br />

están!<br />

III<br />

Los sufrimientos que experimento son horribles, pero con vuestras oraciones me siento<br />

asistido por buenos espíritus, que me dicen que espere. Comprendo la eficacia d<strong>el</strong> remedio heroico<br />

que me habéis aconsejado, y ruego al Señor me conceda la fuerza de soportar esta dura expiación.<br />

Puedo decir que es igual al mal que hice. No trato de excusar mis crímenes, pero al menos, mis<br />

víctimas recibieron la recompensa que les esperaba después d<strong>el</strong> terror y d<strong>el</strong> dolor que les causara <strong>el</strong><br />

crimen cometido con <strong>el</strong>las, particularmente las que habían terminado su prueba terrestre.<br />

Pero desde mi vu<strong>el</strong>ta al mundo de los espíritus, excepto los muy cortos momentos en que me<br />

he comunicado, no ceso de sufrir los dolores d<strong>el</strong> infierno.<br />

Los sacerdotes, a pesar d<strong>el</strong> cuadro espantoso de las penas que experimentan los réprobos, no<br />

tienen sino una idea muy débil de los verdaderos sufrimientos que la justicia de Dios impone a sus<br />

hijos que han violado la ley de amor y caridad. ¿Cómo puede creerse que un alma, esto es. un ser<br />

que no es material, pueda sufrir al contacto d<strong>el</strong> fuego material? Esto es absurdo, y he ahí por qué<br />

tantos criminales se ríen de esas pinturas fantásticas d<strong>el</strong> infierno. ¿Pero sucede lo mismo con <strong>el</strong><br />

dolor moral que sufre <strong>el</strong> condenado después de la muerte física?<br />

Rogad para que la desesperación no se apodere de mí.<br />

IV<br />

Os doy las gracias porque me hacéis entrever <strong>el</strong> fin, fin glorioso al cual sé que llegaré<br />

cuando me haya purificado. Sufro mucho, y sin embargo, me parece que mis sufrimientos<br />

disminuyen. No puedo creer que, en <strong>el</strong> mundo de los espíritus, <strong>el</strong> dolor disminuya porque uno se<br />

habitúe a él poco a poco. No. Comprendo que vuestras buenas oraciones han aumentado mis<br />

fuerzas, y si mis, dolores son los mismos, siendo mi fuerza más grande, sufro menos.<br />

Mi pensamiento se dirige sobre mi última existencia, sobre las faltas que hubiera evitado, si<br />

hubiese sabido orar. Comprendo hoy la eficacia de la oración, comprendo la fuerza de esas mujeres<br />

honradas y piadosas, débiles según la carne, pero fuertes por su fe. Comprendo este misterio que no<br />

comprenden los falsos sabios de la Tierra. ¡Oración! Esta sola palabra excita la risa de los espíritus<br />

fuertes. Los oigo en <strong>el</strong> mundo de los espíritus, y cuando <strong>el</strong> v<strong>el</strong>o que la verdad se desgarre para <strong>el</strong>los,<br />

vendrán a prosternarse a su vez a los pies d<strong>el</strong> Eterno que han desconocido, y se consideran f<strong>el</strong>ices<br />

en humillarse para que sean absu<strong>el</strong>tos de sus pecados y de sus maldades. ¡Comprenderán la virtud<br />

de la oración!<br />

¡Orar es amar, amar es orar! Entonces amarán al Señor y le dirigirán sus oraciones de amor<br />

y de reconocimiento, y, regenerados por <strong>el</strong> sufrimiento, porque deberán sufrir, rogarán, como yo,<br />

para tener la fuerza de expiar y de sufrir, y cuando habrán cesado de sufrir, rogarán para dar gracias<br />

al Señor d<strong>el</strong> perdón que han merecido por su sumisión y su resignación. Oremos, hermano, para<br />

fortificarme más...<br />

¡Oh! Gracias, hermano, por tu caridad, porque estoy perdonado. Dios me libra de la vista de<br />

mis víctimas. ¡Oh! ¡Dios mío! ¡Bendito seas durante la eternidad por la gracia que me concedes!<br />

¡Oh! ¡Dios mío! Siento la enormidad de mis crímenes, y me humillo ante vuestra omnipotencia.<br />

¡Señor! Os amo con todo mi corazón y os pido la gracia de permitirme, cuando vuestra voluntad me<br />

envíe a sufrir en la Tierra nuevas pruebas, que baje a <strong>el</strong>la, mísero de paz y de caridad, a enseñar a<br />

Página 184

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!