20.11.2014 Views

1N52Mfy39

1N52Mfy39

1N52Mfy39

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Mel sonrió sin responder y Björn añadió;<br />

—Aléjate de los americanos, no son buena compañía.<br />

Oír su rechazo le hizo preguntar:<br />

—Pero bueno, ¿qué tienes tú en contra de los americanos?<br />

Con gesto impasible, él bebió de su copa y respondió:<br />

—Sencillamente, no me gustan. Hazme caso. No son buena gente.<br />

Mel no contestó. Si lo hacía, le diría cuatro cosas que no debía y calló. Durante un rato, ambos<br />

miraron la pista hasta que, al ver que ella no iba a abrir la boca, Björn habló:<br />

—¿Por qué no bailas con tu acompañante?<br />

Sin desvelarle los verdaderos motivos, afirmó.<br />

—Porque no me apetece.<br />

Él, tendiéndole la mano, insistió:<br />

—¿Bailas conmigo?<br />

Ella lo miró, pero con una sonrisa fría a lo teniente Parker, lo rechazó:<br />

—No, gracias.<br />

En ese instante, una de las mujeres de la fiesta se acercó a Björn y comenzó a hablar con él.<br />

Durante un rato, Mel los escuchó, hasta que, cansada del parloteo de aquélla y de sus continuas<br />

insinuaciones, se alejó. Buscó a Robert, que estaba hablando con el marido de la mujer a la que había<br />

sacado a bailar y, acercándose a él, le expuso:<br />

—Siento cortarte el rollo, pero me gustaría marcharme.<br />

Robert no lo cuestionó y, cogiéndola del brazo, dijo:<br />

—Cuando quieras, preciosa.<br />

Björn, que observaba sus movimientos, al ver que se dirigían hacia la salida, se acercó a ellos e,<br />

interfiriendo en su camino, preguntó, mirando a Mel:<br />

—¿Ya te marchas?<br />

La joven asintió y, besando a Robert en el cuello con sensualidad, replicó:<br />

—El americano y yo tenemos planes, ¿algo que objetar?<br />

Björn, con gesto incómodo, no respondió, y ella y su acompañante continuaron su camino. Al salir<br />

de la sala de fiestas, Robert, alucinado por aquello, inquirió:<br />

—¿Se puede saber a qué ha venido ese besito?<br />

Mel sonrió y, parando un taxi, contestó:<br />

—Cosas mías, cotilla.<br />

Robert, recordando entonces dónde había visto antes a aquel hombre, preguntó:<br />

—Ése es el tío con el que hablabas el día de la bolera, ¿verdad?<br />

Sin querer mentirle, Mel respondió:<br />

—Sí.<br />

Incrédulo por ver esa reacción de ella ante un hombre, el militar inquirió:<br />

—¿Le querías dar celos y por eso me has besado en el cuello?<br />

—No inventes, capullo.<br />

Pero Robert afirmó divertido:<br />

—Mel..., no mientas, que te conozco muy bien. Ese tipo te gusta. ¡Qué fuerteeeeeeeee! Por fin...

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!