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provocaba aquel hombre se enturbiaba al pensar que no había sido totalmente sincera con él. Había<br />
ocultado algo más.<br />
A menos de sesenta metros de ellos, en el centro comercial, Judith, que estaba de compras, se<br />
quedó parada al reconocer a Björn y su amiga Mel besándose apasionadamente. Incrédula, se metió<br />
con rapidez en una tienda para no ser vista.<br />
Björn, tras besar a Mel, cogió a Sami, y se la subió a los hombros.<br />
—La madre que los parió —murmuró Judith, alucinada.<br />
Allí estaban aquellos dos, sus amigos, besándose y jugando a las casitas, mientras a ella le hacían<br />
creer que se llevaban a matar.<br />
Los observó durante un buen rato. Estaba claro que aquélla no era la primera vez que quedaban. No<br />
había más que ver su complicidad para deducir que se habían visto en más ocasiones. Por ello, sin<br />
pensarlo, sacó su móvil del bolso y tecleó el número de Mel. Quería ver su reacción.<br />
Cuando su teléfono sonó, Mel se lo sacó del bolsillo del pantalón y al ver que se trataba de Judith<br />
le hizo una seña a Björn para que no dijera nada.<br />
—Hola, guapa —la saludó Judith.<br />
—Hola, ¿qué tal?<br />
Judith, desde el interior de la tienda, contestó:<br />
—Bien. Todo estupendo. Uisss, qué jaleo se oye, ¿dónde estás?<br />
Tocándose el pelo, Mel respondió:<br />
—En una tienda de chuches, con Sami, ¿por qué?<br />
—Estoy cerca de tu casa y era por ir a verte —respondió Judith y sin dejarla hablar, añadió—: En<br />
realidad quería invitarte el sábado a comer. Eric ha organizado un almuerzo con los amigos de<br />
baloncesto y me apetece que vengáis Sami y tú, ¿qué te parece?<br />
Mel reflexionó con rapidez. Al día siguiente salía de viaje, pero seguramente regresaría el viernes.<br />
—Genial. El sábado me viene bien.<br />
—¡Perfecto! Pues sobre las doce del mediodía te espero, ¿vale?<br />
—Allí me tendrás.<br />
Tras despedirse, colgaron y Judith, sin darles tregua, llamó al teléfono de Björn. Sin demora, éste<br />
bajó a la pequeña de sus hombros, se la dio a Mel y contestó:<br />
—Hola, preciosa.<br />
Mel sonrió al ver que se trataba de su amiga y se alejó con su hija.<br />
—Hola, guapetón, ¿cómo va todo?<br />
—Bien. Liado con el trabajo, pero todo bien.<br />
—¿Estás muy liado?<br />
Björn siguiendo con la mirada a Mel, que corría tras Sami, respondió:<br />
—¡A tope!<br />
Judith sonrió al ver su cara de tonto y preguntó:<br />
—¿Te ha llamado Eric?<br />
—No, ¿para qué? ¿Ocurre algo?<br />
—Aisss, qué cabeza la suya —dijo ella—. El sábado ha organizando una comida con los<br />
compañeros de baloncesto, ¿vendrás? —Y antes de que respondiera, añadió—: Por cierto, he invitado