G. Labrador. El gobierno de las cosas del tiempo ... - EURACA
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LA MIRADA<br />
<strong>El</strong> análisis <strong>de</strong> Álvarez Ortega se ofrece a contrapelo <strong>de</strong>l diagnóstico general<br />
que hace la crítica, incluso aquella que más gusta <strong>de</strong> manifestar la mala calidad<br />
<strong>de</strong> la poesía española <strong>de</strong>l siglo XX y que, sin embargo, se muestra mucho<br />
más cuidadosa a la hora <strong>de</strong> valorar la mala calidad <strong>de</strong> la poesía española <strong>de</strong><br />
hoy. Así, a modo <strong>de</strong> ejemplo, ese mismo momento, 2003, se <strong>de</strong>scribía como<br />
uno <strong>de</strong> <strong>de</strong>slumbrante riqueza estética y flexibilidad i<strong>de</strong>ológica, lo que llegó<br />
a convertirse en relato <strong>de</strong> estado cuando Luis Alberto <strong>de</strong> Cuenca, por aquel<br />
entonces flamante Secretario <strong>de</strong> Estado <strong>de</strong> Cultura, daba opinión y moralina<br />
al <strong>de</strong>clarar que el <strong>tiempo</strong> presente era “un momento muy bueno <strong>de</strong> calidad<br />
en la poesía española actual que viene <strong>de</strong> ese diálogo que ya está fuera <strong>de</strong>l<br />
dogma” y añadía, en la frase siguiente, que “la ausencia <strong>de</strong> sectarismo es muy<br />
saludable” en un congreso, don<strong>de</strong> la “ausencia <strong>de</strong> sectarismo” y <strong>de</strong> autocrítica<br />
iban unidas en una especie <strong>de</strong> convergencia <strong>de</strong>l milenio cuyo titular ofreció<br />
un no menos flamante Luis Antonio <strong>de</strong> Villena: “Las dos gran<strong>de</strong>s ten<strong>de</strong>ncias<br />
actuales en España caminan juntas y se influyen.” Era este un acto oficial <strong>de</strong><br />
exaltación orgánica <strong>de</strong> la paz cultural poética <strong>de</strong> mercado simbólico y partido<br />
lírico único, que se solidificaba en una grosse coalition literaria, logrando, por<br />
fin, solucionar, si hemos <strong>de</strong> creer a Ruiz Mantilla, el eterno conflicto <strong>de</strong> <strong>las</strong> dos<br />
Españas que, ¡<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Góngora y Quevedo!, todavía estaba por allí latiendo. Se<br />
trató <strong>de</strong> una expresión altamente específica y con<strong>de</strong>nsada <strong>de</strong> lo que Guillem<br />
Martinez ha teorizado como cultura transicional, confirmando, una vez más,<br />
el carácter central, mitológico, <strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> consenso en la lógica discursiva<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia española (Delgado) y <strong>de</strong> la función, en <strong>de</strong>mocracia, <strong>de</strong>l discurso<br />
metapoético como un mero trasunto contrahecho <strong>de</strong>l discurso político:<br />
Ha surgido la generación <strong>de</strong>l entendimiento. Des<strong>de</strong> los <strong>tiempo</strong>s <strong>de</strong> Quevedo y Góngora,<br />
los poetas <strong>de</strong> estéticas rivales han luchado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tribus encontradas. Pero eso<br />
se acabó. Los poetas <strong>de</strong> la última generación se entien<strong>de</strong>n, se respetan, se admiran,<br />
dialogan e intentan ponerse en la piel <strong>de</strong>l que aparentemente sigue el camino contrario.<br />
(Ruiz Mantilla 2003)<br />
Era otra versión más <strong>de</strong>l relato <strong>de</strong> los múltiples finales <strong>de</strong> la Historia. Álvarez<br />
Ortega <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> esa aparente abundancia <strong>de</strong> opciones que se respetan y dialogan<br />
reconocía en sus <strong>de</strong>claraciones simpleza, repeticiones, tópicos. Manteniendo sus<br />
juicios estéticos, afirma que la pobreza estética, ética y política, sigue latiendo<br />
<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> los escaparates <strong>de</strong>l consumo posmo<strong>de</strong>rno, reencuentra el rastro moral<br />
<strong>de</strong> la posguerra en la fábula <strong>de</strong>l bazar contemporáneo (la expresión es <strong>de</strong> Marinas).<br />
Frente este panorama sólo queda la imagen opuesta <strong>de</strong>l autor, participando<br />
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