G. Labrador. El gobierno de las cosas del tiempo ... - EURACA
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nº 32 - Noviembre 2012<br />
condiciones que harían posible “una reconciliación” (y ya sabemos cómo funciona<br />
políticamente ese término) “con el <strong>tiempo</strong>”, que se <strong>de</strong>secha, porque no<br />
pue<strong>de</strong> darse ante el horror histórico <strong>de</strong> no saber “cómo pudimos acoger tanta<br />
<strong>de</strong>solación”. <strong>El</strong> imposible retorno a esa patria (que, ya hemos visto, se confun<strong>de</strong><br />
con el propio yo) resulta un trabajo irrealizable:<br />
Ocultos al miedo o a la razón,<br />
here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> una juventud muerta,<br />
¿en qué lugar <strong>de</strong> antaño hizo la soledad su nido o en<br />
qué cáliz la tristeza <strong>de</strong>stiló el veneno<br />
para aquellos cadáveres en que, láudano <strong>de</strong> los días,<br />
verano <strong>de</strong> polvo,<br />
nos convertimos?<br />
Ahora pensamos en otro país<br />
ce<strong>de</strong>mos a otros maleficios<br />
y sin más esplendor que el olvido, mientras el cuerpo<br />
se <strong>de</strong>shace en los hilos<br />
<strong>de</strong> una vejez acusatoria, ¿cómo<br />
no sentir terror al vernos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos disfrazados <strong>de</strong><br />
enemigos mortales,<br />
moribundos y <strong>de</strong>siertos<br />
en tan estéril páramo? (Vulnerable dominio 1985-1986, 2006: 581-582)<br />
Ahora se piensa en otro país, se ce<strong>de</strong> a otros maleficios: los <strong>de</strong>l imaginario<br />
mo<strong>de</strong>rnizador <strong>de</strong> los ochenta, <strong>de</strong> autosatisfacción, don<strong>de</strong> el país se entregaba<br />
a la fiesta <strong>de</strong> su normalización, sin más esplendor que el olvido. Frente a ese esplendor,<br />
y el envejecimiento cómplice <strong>de</strong> sus habitantes, Álvarez Ortega convocaba,<br />
una vez más, <strong>las</strong> imágenes <strong>de</strong>l “estéril páramo” nacional <strong>de</strong> la historia<br />
<strong>de</strong>l XX y con él todos sus distintos muertos, expulsados <strong>de</strong> la sintaxis nacional.<br />
Aquellos que vimos que fueron “los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> una juventud muerta” se<br />
han convertido en cadáveres. La experiencia <strong>de</strong> esa temporalidad irresuelta,<br />
que traiciona a sus propias herencias, y se disfraza <strong>de</strong> su enemiga, convierte la<br />
historia <strong>de</strong>l siglo en un páramo <strong>de</strong> espejismos y horrores.<br />
Los poemas seleccionados sobre la temporalidad <strong>de</strong> Manuel Álvarez Ortega<br />
muestran, en lo fundamental, una estructura coherente a lo largo <strong>de</strong>l <strong>tiempo</strong>,<br />
que no han <strong>de</strong> quebrar sus libros posteriores, don<strong>de</strong> se representa la conclusión<br />
<strong>de</strong>l proyecto vital <strong>de</strong> la escritura como el final <strong>de</strong> un gran ciclo, <strong>de</strong>l que no me<br />
ha sido posible hacerme cargo en pocas páginas. Comenzamos diciendo que trabajo<br />
<strong>de</strong> los poetas ha sido, en la mo<strong>de</strong>rnidad, ocuparse <strong>de</strong>l <strong>gobierno</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>cosas</strong><br />
que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l <strong>tiempo</strong> y elaborar metarrelatos sobre el modo en que atravie-<br />
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