El sÃn - Pfizer
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110 12 personajes en busca de psiquiatra<br />
una creencia falsa que surge sin una estimulación externa<br />
apropiada y que se mantiene inamovible frente a la razón.<br />
<strong>El</strong> delirio es un síntoma de lo que se denomina psicosis, término<br />
genérico que designa estar fuera de la realidad, de la<br />
razón, y en general incluye enfermedades mentales como la<br />
esquizofrenia, el trastorno afectivo bipolar, psicosis infantiles<br />
como el autismo y psicosis orgánicas producidas por<br />
enfermedades generales o traumas.<br />
Hay diferentes tipos de delirios. <strong>El</strong> más común es el delirio<br />
de persecución, que es la idea falsa de ser perseguido y<br />
que generalmente se estructura en relación con alguien conocido:<br />
un familiar, un amigo, un vecino, un compañero<br />
de trabajo o incluso seres o entidades con las que nunca ha<br />
tenido relación.<br />
Existe también el delirio de grandeza, mediante el cual<br />
se llega a creer en poderes extraordinarios, en capacidades<br />
exageradas. Los pacientes creen tener mucho poder, dinero,<br />
ser muy admirados. Y los delirios de referencia, durante<br />
los cuales se está convencido de que en cualquier suceso<br />
en el entorno tiene que ver la persona. Por ejemplo, si<br />
alguien mira para cualquier lado, el paciente lo interpreta<br />
como una señal de que se habla de él. Hay delirios místicos,<br />
que tienen que ver con creencias religiosas: los pacientes<br />
creen que tienen una misión especial, que son enviados de<br />
Dios o que, sencillamente, son Dios. Los hay celotípicos:<br />
se cree ciegamente en la infidelidad de la pareja y se monta<br />
una persecución relacionada con todas las personas a su alrededor.<br />
Y de negación: se cree firmemente que no se tiene<br />
un órgano, por ejemplo estómago, corazón o pulmones.<br />
Agustina, quien desde pequeña había cultivado para sí<br />
misma facultades adivinatorias, gracias a las cuales se volvió<br />
famosa por haber encontrado, mediante telepatía, “a<br />
un joven excursionista colombiano que se había extraviado<br />
en Alaska” (Restrepo, ibídem, p. 141), estaba convencida de