El sÃn - Pfizer
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82 12 personajes en busca de psiquiatra<br />
jetos olvidados en su entorno por el hombre y los llevó a la<br />
pintura, asimismo, desde la vejez, recuperó para su mundo<br />
interior el sentido del deleite por los mínimos detalles: el<br />
jardín amorosamente cultivado por su amada Sara, la caricia<br />
indiferente del que fuera su gato Cristóbal, la mirada<br />
inteligente de su hijo Jacobo, el carácter genuino de Ángela,<br />
su mucama… Todas estas son imágenes que su mente<br />
recuerda y que, en un acto de absoluta vitalidad, plasma en<br />
la escritura narrando su historia cuando paradójicamente<br />
se le está yendo la luz.<br />
David crea la bitácora de un navegante que llega a un abismo<br />
plasmado de color y de formas que se difuminan en la<br />
medida que la ceguera avanza. Su bitácora es, precisamente,<br />
esa actitud estética frente a la vida, a pesar de los óbices que<br />
encuentra en su camino. Al final presenciamos, incluso, la<br />
muerte de la palabra, cuando emerge con su disortografía<br />
el vocablo “marabilloso”, que no lo podemos interpretar<br />
de otra manera sino como la ruptura con las formas prediseñadas<br />
y rígidas de la gramática de la vida, que David ha<br />
hecho por su profunda experiencia de la vida y de la muerte.<br />
¿Por qué el duelo no puede llegar a tener su ganancia<br />
dependiendo del punto de vista con que se mire? Quizás,<br />
más allá de las formas o maneras en que se nos presenta la<br />
vida, con sus dificultades, sus obstáculos, sus infortunios,<br />
lo importante sea el milagro que anida en ella: lo marabilloso.<br />
<strong>El</strong> remedio es aprender<br />
Más que el duelo al que se aproxima David en La luz difícil,<br />
lo que lo agobia es, realmente, lidiar con la anticipación,<br />
esa larga espera hacia la muerte desde que su hijo decidió<br />
que no soportaba seguir viviendo. Independientemente de<br />
la discusión ética en que nos sitúa Tomás González alrededor<br />
de dejar o no a un hijo quitarse la vida por dolor –no