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El sín - Pfizer

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<strong>El</strong> hombre que terminó amarrado a un árbol de castaño<br />

permitió que todas las casas tuvieran un acceso igual de fácil<br />

al río, y recibieran el sol de manera equitativa a la hora<br />

de mayor calor. Macondo se convirtió así en la “aldea más<br />

ordenada y laboriosa que cualquiera de las conocidas hasta<br />

entonces por sus 300 habitantes” (GGM, ibídem, p. 18).<br />

La loable organización que planteó ya era la exteriorización<br />

de su psicopatología. Algunos movimientos psicológicos<br />

defensivos para evitar la pérdida del juicio y<br />

del contacto con la realidad (psicosis) implican ordenar<br />

afuera como compensación del desorden interior. Esta<br />

fue su reacción inicial. En la novela hay varios ejemplos<br />

de esta tendencia obsesiva y perfeccionista. Sin embargo,<br />

mientras pudo intervenir y generar un control, este<br />

incluía un exceso de orden y equilibrio; pero tan pronto<br />

la complejidad requirió tener que aceptar cierto grado<br />

de desorden, su juicio empezó a perturbarse, obstinándose<br />

por proyectos magníficos e irreductibles que eran<br />

más el reflejo de su imaginación que el resultado de la<br />

confrontación con la realidad. Esta creatividad, esta necesidad<br />

de hacer descubrimientos salvadores, de encontrar resultados<br />

espectaculares, no fueron más que la consecuencia<br />

de su vivencia personal desestructurada, de su culpa, de su<br />

incertidumbre, de su ambivalencia, reflejadas en una necesidad<br />

inconmensurable de actuar para reparar.<br />

Aquel espíritu de iniciativa social desapareció en poco tiempo […]. De<br />

emprendedor y limpio, José Arcadio Buendía se convirtió en un hombre<br />

de aspecto holgazán, descuidado en el vestir, con una barba salvaje<br />

que Úrsula lograba cuadrar a duras penas con un cuchillo de cocina. No<br />

faltó quien lo considerara víctima de algún extraño sortilegio (GGM,<br />

ibídem, pp. 18-19).<br />

A pesar de las disuasiones de Melquíades, el gitano que<br />

llevaba los avances tecnológicos del mundo externo a Macondo,<br />

José Arcadio Buendía se obstinaba en sus propósitos<br />

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