El sÃn - Pfizer
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Pobre viejecita!<br />
Es más frecuente en mujeres,<br />
mas hombres también sucumben.<br />
Pensionados, sin trabajo, enfermos con graves casos<br />
la congoja los empuja a pensar en malos pasos:<br />
dejar el mundo a la fuerza con muchísima oquedad<br />
sobre todo al ir dejando pasar la tercera edad.<br />
Aunque es un mal muy frecuente que causa mucho dolor,<br />
detectarlo es todo un reto, pues es más bien interior.<br />
Los médicos se distraen en molestias generales,<br />
y los pacientes por seguirlos se vuelven más coloquiales.<br />
Y así van de tumbo en tumbo hasta tener la impresión<br />
de que el largo maleficio es más bien de depresión.<br />
La familia se comporta con similar deferencia:<br />
minimizan la conducta con especial indulgencia.<br />
Se lo achacan a la edad, a los cambios naturales,<br />
a los síntomas de marras y no a los emocionales.<br />
Grave cosa pues se advierte que un paciente deprimido<br />
escoge mejor la muerte al no saberse asistido.<br />
!<br />
177<br />
¿Pudo nuestra viejecita morirse de la tristeza?<br />
Lejos estamos nosotros de tener total certeza.<br />
Apenas hay ciertos rasgos para ofrecerle clemencia.<br />
Si no es depresión, entonces, ¿cuál puede ser la ocurrencia?<br />
Si la duda nos envuelve, puede también ser demencia.<br />
Cuadro común ya observamos, lo dice bien nuestra historia:<br />
no recuerda que ha comido, fue perdiendo la memoria,<br />
olvida lo más reciente, y las tareas que tiene.<br />
Va borrando de la mente la pulcritud y la higiene,<br />
no trae a cuenta su hoy, solo su ayer más fecundo.<br />
Pobre nuestra viejecita, ya no recuerda su mundo.