El sÃn - Pfizer
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142 12 personajes en busca de psiquiatra<br />
cóticos; las viven como algo muy natural, como le pasaba a<br />
la abuela en la novela: simplemente le gustaba ir al mismo<br />
lugar en el campo porque allí la visitaba su difunto esposo.<br />
La abuela tenía el poder de convertir en alucinación su deseo<br />
para hacerlo real. Era capaz de transformar sus sueños<br />
en alucinaciones.<br />
Las delusiones son ideas delirantes, como creer, por<br />
ejemplo, que alguien le tiene armado un complot a uno,<br />
que lo quieren envenenar, que lo están robando, o que un<br />
ser querido fallecido hace muchos años aún vive. La idea<br />
delirante (o delusión) más frecuente en pacientes con alzhéimer<br />
es considerar que alguien ha robado todo lo que<br />
embolata a causa de su mala memoria. Dado que el paciente<br />
no es consciente de sus olvidos, es lógico que atribuya la<br />
pérdida de sus cosas al espíritu malvado de alguien que se las<br />
esconde o se las roba.<br />
A Mamamenchu, las delusiones se le presentaron un<br />
poco más tarde que las alucinaciones, pero en una forma<br />
particular: en vez de quejarse porque le robaban las cosas<br />
que se le perdían, se quejaba porque alguien le guardaba<br />
ropa ajena en su armario, o se negaba a pagar una prenda en<br />
un almacén porque la consideraba de su propiedad.<br />
Las delusiones más fuertes las presentó la abuela cuando<br />
su hija Esmeralda la llevó a una institución geriátrica. La<br />
abuela narró entonces que el ese lugar era tremendo:<br />
Furiosos, dice mi madre que dijo la abuela. Demonios furiosos. Le arrebataban<br />
las cobijas, la sacaban de la cama, la rodeaban y querían clavarle<br />
en el cuerpo sus uñas filosas, esmaltadas como cuchillos de plástico. No<br />
tenían ojos, algunos no tenían nariz, y los que tenían boca dejaban ver<br />
unos colmillos espantosos […].<br />
–No me quieren –decía–. Me hacen maldades (Collazos, ibídem,<br />
p. 74).<br />
Ninguna de esas maldades se las hacían sus compañeros<br />
inofensivos; todas eran producto de su delirio. Como no le