El sÃn - Pfizer
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<strong>El</strong> hombre que terminó amarrado a un árbol de castaño<br />
ansiedad psicótica o ansiedad flotante. Esta experiencia, con características<br />
de aniquilación, de pérdida de la noción del<br />
sí mismo o de la noción del entorno, puede desencadenar<br />
severas alteraciones de la conducta, como las experimentadas<br />
por José Arcadio Buendía:<br />
Entonces agarró la tranca de una puerta y con la violencia salvaje de su<br />
fuerza descomunal destrozó hasta convertirlos en polvo los aparatos de<br />
alquimia, el gabinete de daguerrotipia, el taller de orfebrería, gritando<br />
como un endemoniado en un idioma altisonante y fluido pero completamente<br />
incomprensible. Se disponía a terminar con el resto de la casa<br />
cuando Aureliano pidió ayuda a los vecinos. Se necesitaron diez hombres<br />
para tumbarlo, catorce para amarrarlo, veinte para arrastrarlo hasta<br />
el castaño del patio, donde lo dejaron atado, ladrando en lengua extraña<br />
y echando espumarajos verdes por la boca (GGM, ibídem, p. 96).<br />
Un destino inevitable<br />
Antes de expresar estas señales de locura, José Arcadio<br />
era un hombre emprendedor y obstinado. Sin embargo, ese<br />
emprendimiento y esa obstinación tuvieron un origen que<br />
explican muy bien sus síntomas.<br />
En su adultez joven, se casó con su prima Úrsula Iguarán.<br />
Pero su matrimonio no fue consumado por más de un año,<br />
por el temor a tener hijos con cola de cerdo. Dentro de los<br />
antecedentes familiares había existido un Buendía casado<br />
con una prima, de cuya unión nació un hijo con una cola<br />
“cartilaginosa y en forma de tirabuzón con una escobilla de<br />
pelos en la punta”, que “pasó la vida con pantalones englobados<br />
y flojos” y que a la edad de cuarenta y dos años murió<br />
desangrado cuando un carnicero amigo se la cortó de un<br />
tajo (GGM, ibídem, p. 30).<br />
Por esta razón, Úrsula se negó a consumar el matrimonio<br />
y usaba un pantalón de castidad. Los encuentros de la pareja<br />
se limitaban a forcejeos, y la gente comenzó a rumorar que<br />
ella seguía siendo virgen porque su esposo era impotente.<br />
En una riña de gallos, cuando el animal de José Arcadio<br />
Buendía le ganó al de Prudencio Aguilar, este le gritó ante<br />
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