Personajes InolvidablesAdolfo Schwarzenberg y su esposa Ilse Strasserpor Carmen Luz MaturanaEn el año 1983 Chile se incorporó a la UNIMA. Esto sucedióluego de que Adolfo Schwarzenberg organizara en Viña <strong>del</strong>Mar el Festival de Figuras, títeres, marionetas y siluetas.No tuvo carácter competitivo, y convocó a adultos y niños. Unode los mayores logros fue, quizás, el hecho de que sirvió comobase para la unificación de los titiriteros.Como presidente nacional fue nombrado por unanimidadSchwarzenberg, <strong>del</strong> grupo Los Encantados, de Viña <strong>del</strong> Mar.Venía trabajando el Teatro de Sombras y de Marionetas des<strong>del</strong>a década de los 60, junto a su esposa, Ilse Strasser. Amboseran chilenos de origen alemán, nacidos en Valdivia.Juntos se dedicaron a la difusión de este arte, primero enValdivia y luego en Viña <strong>del</strong> Mar. Ilse era profesora de ArtesPlásticas. Adolfo se desempeñó como pastor luterano desde el1974 hasta aproximadamente 1980. Inicialmente tuvo unaferretería en Valdivia. Más tarde, fue corredor de propiedades.“Después con el terremoto [de 1960], mi profesión de compray venta de propiedades fue inútil, pues todas ellas quedaronen el suelo, y los terrenos agrícolas, bajo el agua” (El Mercurio de Valparaíso, 9 septiembre 1984).Luego de aquella experiencia, y con más de 50 años de edad, dieron un cambio a sus vidas, introduciéndose en el mundode las marionetas, confeccionando artesanalmente sus propios muñecos, e investigando con profundidad el oficio. Conello comenzaron a viajar por Chile y América <strong>La</strong>tina, llegando hasta México. Luego, realizaron dos giras a Europa (ElMercurio de Valparaíso, 9 septiembre 1984).El su libro inédito "Cómo se llega a ser titiritero", cuenta algunas anécdotas relativas al público de los distintos países quevisitaron.En muchas aldeas brasileñas, cuando preguntaban algo, recibían como respuesta un eh contundente.Luego de un tiempo supieron que sencillamente significaba sí.En el fondo el público es parecido en todas partes, ya sea en urbes o en caletas pesqueras, y para conquistarlo se precisasobretodo de un desempeño y esfuerzo espontáneo. Diferentes son ciertos niveles de excitación. En Chile, por ejemplo, el<strong>del</strong> sur es más sereno y reflexivo, y a medida de que se avanza hacia el norte, se vuelve vino espumante.En España se invierte la condición geográfica, el argentino demuestra temperamento, el alemán denota ímpetu. Un buenpúblico tuvimos con Miguel Marsh en la Cárcel de Mendoza, pero a veces no comprendíamos sus motivos de risa. Ysupimos en seguida que algunas expresiones chilenas tenían un significado diferente, creando situaciones ambiguas(Schwarzenberg: 26).Adolfo quizo publicar otro libro de su autoría: "Cuentos y argumentos para títeres, marionetas y siluetas", el que nuncallegó a ser editado. En la sección cartas al Director de El Mercurio explicó su intención.Repetimos que el aprovechamiento de la enorme gama de posibilidades que ofrece este arte miniaturizado es mínimo enChile. Una obra con cuentos dialogados para gignol, marionetas, siluetas y sombras, probados con singular éxito enEuropa y toda Iberoamérica, no encontró editor, aunque podría significar el despegue definitivo y, con el tema <strong>del</strong> Arbol, unarma eficaz para la defensa ecológica en los ambientes escolares (El Mercurio, 16 septiembre 1981).Encontramos un registro de prensa que habla de una presentación que hicieron en 1984 en Valparaíso, con un trabajoexclusivamente realizado en Teatro de Sombras. En la nota titulada <strong>La</strong> Magia de las Siluetas, se describe la obra, que fuese presentada en la sala de teatro El Farol, de la Universidad de Valparaíso.El teatro de siluetas fue la función que embrujó a los espectadores. Una leyenda llamada El Califa Cigüeña, <strong>del</strong> autoralemán Wilhelm Hauff, mantuvo absorto al público durante más de una hora. Tan largo relato, para adultos, indican losesposos, pues este es un arte como la música de cámara, es ofrecido mediante siluetas recortadas en cartulina negra yarticuladas, de un tamaño cercano a los 40 cm. Cada figura permite 3 ó 4 movimientos, por medio de alambres <strong>del</strong>gados,dirigidos desde abajo.<strong>La</strong> historia completa requiere de 75 formas diferentes, acompañada por la voz grabada de Adolfo. Como fondo musical semantiene la Segunda Sinfonía de Sibelius.Tras un biombo de grueso género, que posee dos recuadros cubiertos con papel diamante iluminados en su parteposterior, en los cuales los ejecutantes cambian con rapidez los ambientes necesarios, transcurre la leyenda oriental. Unseductor juego de sombras ilustra las diversas peripecias <strong>del</strong> califa transformado en cigüeña por un malvado brujo (ElMercurio de Valparaíso, 9 septiembre 1984).
Al año siguiente, en 1985, y ya con la filial chilena de la UNIMA como organizadora<strong>del</strong> evento, se preparó un nuevo festival no competitivo en el Palacio Rioja de Viña<strong>del</strong> Mar.A la cabeza de la organización <strong>del</strong> festival estaba nuevamente AdolfoSchwarzenberg.El festival se presentó como “de Marionetas, Títeres, Siluetas, ImágenesFosforescentes, Teatro Negro y Fantoches” (<strong>La</strong> Estrella, 14 enero 1985) y sedesarrolló en enero, convocando a diversos grupos chilenos y argentinos.Dentro de las técnicas utilizadas estaba la de “siluetas”, que era la forma en queSchwarzenberg se refería a su trabajo con sombras.Participaron doce compañías: de la región, Santiago y Mendoza.Se señaló a la prensa que el certamen tenía por finalidad “mostrar a la gente de lazona lo que es el teatro de muñecos y, al mismo tiempo, difundir este arte en entreel público “(<strong>La</strong> Estrella, 22 enero 1985).No podemos saber exactamente por qué Adolfo Schwarzenberg e Ilse Strasser deciden dedicarse tan intensamente alarte de la marionetas y los títeres siendo ya personas adultas.Indudablemente influyó la larga trayectoria como artista plástica de Ilse.Pero intuimos que el terremoto de Valdivia, el mayor registrado en la historia de la humanidad, no sólo fue capaz demodificar la geografía de la zona. También los hizo adquirir un nuevo sentido de la vida.En relación a esto, Adolfo comentó:El gran terremoto <strong>del</strong> año 60 que hundió la costa desde Concepción hasta Chiloé casi dos metros y que inundó losmejores campos de vega de Valdivia y destartaló las casa, obligó a los autores de este texto, ya abuelos, después de unbreve lapso en actividades provisorias, a buscar otros horizontes. Y entonces cundió <strong>del</strong> recuerdo… la idea de crear unteatro de títeres propio (Schwarzenberg: 6).BibliografíaSchwarzenberg, Adolfo, Texto inédito: "Cómo se llega a ser titiritero" - Biblioteca de la Fundación Ana María Allendes parala Dignificación <strong>del</strong> Teatro de Muñecos, Santiago, Chile.Diario El Mercurio de SantiagoDiario El Mercurio de ValparaísoDiario <strong>La</strong> Estrella de Valparaíso