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Univers%C3%B3polis._Revista_Acad%C3%A9mica_Estudiantil._A%C3%B1o_0,_n%C3%BAmero_1

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Conclusión: una reflexión obligatoria. ����������������������������������������������������������������������������������<br />

Seis son los fundamentos constitutivos a los que S. Wanjala y G. Rapando hacen referencia<br />

en su análisis sobre las raíces coloniales del conflicto de Sudán, y en los que “tiene que<br />

haber consenso nacional si la paz y la estabilidad quieren ser preservadas en un Estado<br />

multiétnico”. 71 Tales fundamentos son:<br />

1. Cómo el poder nacional debe ser detentado, ejercido y revisado;<br />

2. Cómo la riqueza debe ser producida, distribuida e intercambiada;<br />

3. Cómo la justicia debe ser administrada, y cómo los derechos humanos han de ser<br />

garantizados bajo el imperio de la ley;<br />

4. Cómo la identidad nacional debe ser nutrida y proyectada;<br />

5. Cómo las legítimas demandas y aspiraciones de los variados grupos etno-regionales<br />

deben ser atendidas y procesadas; y<br />

6. Por qué y cómo la integridad nacional del país debería ser mantenida. 72<br />

Si revisamos uno por uno (teniendo en mente aún a un Sudán unificado),<br />

responderíamos que en el primero, el poder es monopolio de un solo grupo; en el segundo,<br />

la riqueza es acumulada por el centro (Jartum y las regiones árabes); en el tercero, la<br />

justicia es impuesta en la forma de la Sharia; en el cuarto, impera la ausencia de una<br />

identidad nacional, fruto de la segregación colonial; en el quinto, se da una total exclusión<br />

de la periferia en la participación del sistema político (aludiendo además a diferencias<br />

étnicas, sociales y religiosas); y en el sexto, la inexistencia del diálogo y el uso de la fuerza<br />

bruta para mantener la unidad son el imperante en la protección de la integridad nacional.<br />

La conclusión lógica sería que un Sudán unificado es una utopía. La alternativa<br />

planteada por este trabajo iría en contra de dicha lógica, mencionando que, si las fuerzas se<br />

hubiesen canalizado en la dirección que llevara al aprovechamiento de la coyuntura de<br />

inicios de 2010 para crear un escenario propicio mediante un cambio en el régimen político<br />

de Jartum, un Sudán unificado hubiese sido viable. En dicho escenario se debía, sobre todo,<br />

71 Wanjala, S. y Rapando, G., óp. cit., p. 55.<br />

72 Idem<br />

104 UNIVERSÓPOLIS <strong>Revista</strong> <strong>Estudiantil</strong> de Relaciones Internacionales n°1. Año 0, pp. 79-108

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