Univers%C3%B3polis._Revista_Acad%C3%A9mica_Estudiantil._A%C3%B1o_0,_n%C3%BAmero_1

Si Bashir dimite, el nuevo liderazgo del NCP tendría que trabajar con el
SPLM para reconocer el gobierno de unidad nacional, que sería liderado por
un presidente interino hasta que las elecciones puedan tomar lugar y se forme
un nuevo gobierno. ����������������������������������������������������������������������������������
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La Liga de Estados Árabes ha sido un aliado tradicional del régimen en Jartum;
empero, la postura de la CPI ha cimbrado el apoyo hacía Bashir y el NCP, al grado de
pensar que “hay una razón para creer que el apoyo al régimen por Estados árabes y
africanos clave es más retórico que práctico”. 42 Tal es el caso de Egipto, que ha buscado la
resolución del conflicto (en parte por su interés en el río Nilo) y que ha demostrado repudio
hacia las acciones tomadas por Bashir en la frontera con Chad; tal podría ser el efecto
dominó de un cambio de posición que “si Egipto expresa su voluntad por aceptar un nuevo
régimen en Jartum, otros aliados árabes lo seguirían, debilitando más la posición de
Bashir”. 43
Finalmente, en 2010 teníamos a dos fuertes actores internacionales que ejercían su
presión desde el exterior: China y los Estados Unidos. Se iniciará analizando la postura del
primero. Principalmente, el interés chino en Sudán es económico: “China ha sido uno de los
apoyos más fuertes de Bashir, principalmente por sus $8.5 billones de dólares invertidos en
el sector petrolífero de Sudán”. 44 La corrupción que rodea al gobierno le ha permitido a
China introducirse vía inversión extranjera en la producción de petróleo. Pero apoyar al
régimen sin consideración alguna es un arma de doble filo para China: como se ha
mencionado con anterioridad, el principal blanco del SPLM en un nuevo estallido del
conflicto sería la infraestructura del sector petrolífero.
La inestabilidad no era opción para China: “siete por ciento de las importaciones
chinas de petróleo vienen de Sudán, y una interrupción mayor en la producción sudanés de
petróleo conlleva un riesgo significativo para Beijing”. 45 En este contexto, China tuvo la
oportunidad de mantenerse en el sector petrolero del país a costa de optar por un cambio
político en pos de la unidad nacional.
41 Ídem.
42 Ídem.
43 Ídem.
44 Ídem.
45 Ibídem., p. 212
UNIVERSÓPOLIS Revista Estudiantil de Relaciones Internacionales n°1. Año 0, pp. 79-108 93