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la aventura de la Nueva España en Asia; sin embargo, la gloria del viaje de retorno ��������������������������������������������������������������������
(tornaviaje) corresponde a Fray Andrés de Urdaneta.
Este ilustre navegante descifró el enigma del “Mar del Zur”, lo que muchos no
habían podido resolver hasta ese entonces, regresando el 1 de octubre de 1565 a Barra de
La Navidad, concretando lo que habría de ser el inicio y mantenimiento de relaciones
recíprocas, importantes, crecientes y trascendentes entre América y Asia. 11
Por fin, los eslabones de la cadena de alcance de la Corona Española hacia el
Pacífico estaba establecida, esto significó en cierta medida una nueva interacción Filipinas-
Nueva España que marcó dos procesos de importancia:
• Se inicia el camino de la colonización de Filipinas tierradentro costando, a
diferencia de la conquista de Tenochtitlán, pocas pérdidas de vidas (a base de
arreglos, alianzas y conversiones religiosas); instaurándose en poco tiempo en
dependiente, primeramente de la Nueva España en 1571 y después de reformas
comerciales, en colonia de España bajo la figura de los consulados; 12 aunque se
seguía utilizando a la Nueva España como el puente entre la metrópoli y Filipinas.
• La colonización de Filipinas concretó la vía de Asia mediante América, por
tanto, la Nueva España se convirtió en el enlace fundamental para la metrópoli con
su nueva colonia, materializando el concepto de Hispanis Mare Pacificum.
Del último postulado se desprende una de las premisas fundamentales de la
interacción Nueva España-Asia: el comercio por el Pacífico. Este tipo de acciones
marcaron el inicio de nuevas dimensiones de contacto entre ambos continentes y como
estandartes de tales enlaces se constituyeron en Asia, Manila y en la Nueva España, el
puerto de Acapulco. Este último había llegado a ser un punto esencial en el comercio, como
11 Amparo, Dagoberto, óp. cit., p. 35
12 En la Nueva España debido al desarrollo comercial que se mantenía principalmente con el Perú, se instauró
una élite comercial, principalmente sevillanos, que organizaban el manejo de los enlaces marítimos, el control
de las importaciones y de los precios; sus representaciones se hacían ver mediante los consulados que eran
oficinas o puestos (aduanas en términos primitivos) donde se realizaban estas acciones y rendían cuentas
directas a la Corona Española.
UNIVERSÓPOLIS Revista Estudiantil de Relaciones Internacionales n°1. Año 0, pp. 59-78 63