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Univers%C3%B3polis._Revista_Acad%C3%A9mica_Estudiantil._A%C3%B1o_0,_n%C3%BAmero_1

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Finalmente, luego de cinco años de negociaciones, desencuentros y reencuentros, el ��������������������������������������������������������������������<br />

30 de noviembre de 1888 el ministro Matías Romero y el ministro Munemitsu Mutsu<br />

cerraron las negociaciones y tres días después firmaron en Washington el Tratado de<br />

Amistad, Comercio y Navegación (de la igualdad soberana y el establecimiento de<br />

relaciones) entre México y Japón, documento que fue el primero suscrito en términos de<br />

igualdad por los japoneses. 41 El Emperador Mutsuhito ratificó el tratado el 12 de marzo de<br />

1889 y Porfirio Díaz el 25 de mayo de 1889, el canje de dichas ratificaciones se llevó a<br />

cabo el 6 de junio de ese mismo año. 42<br />

En este sentido, habría que mencionar dos cuestiones de suma importancia para las<br />

relaciones transpacíficas mexicanas, concernientes a la firma de este tratado:<br />

• México firmaba, por primera vez, un tratado con un país asiático y era la<br />

primera nación que reconocía la soberanía japonesa,<br />

• El tratado sirvió a Japón de precedente para renegociar y replantear sus bases<br />

de igualdad en las relaciones diplomáticas con los países occidentales. Para México<br />

significó mirar otra vez hacía a la aventura asiática y tratar de concretar sus bases de<br />

política exterior hacía la zona.<br />

A pesar de que la firma del tratado no atrajo de manera significativa algún tipo de<br />

transacción comercial o económica, sentó el preludio para relaciones futuras, no solo con<br />

esta nación, sino con el núcleo asiático.<br />

Muchas veces se ha llamado al Porfiriato como la época centralizada en la figura de<br />

un solo hombre. A pesar de esto, esta etapa dejó puntos que resaltar: una consolidación del<br />

Estado-nación, ampliación de los mercados y de las vías de comunicación, fomento a la<br />

exportación, a la industrialización, una expansión a los vínculos con el exterior, que en este<br />

caso fue con Japón: el mayor y mejor legado de la estrategia de política exterior porfirista<br />

para Asia del siglo XIX entero. Sin embargo, también legaría vicios políticos, una<br />

desigualdad socio-económica y una serie de conflictos que en primera instancia darían<br />

41 Ruiz-Cabañas, Miguel, óp. cit., p. 20<br />

42 Ota Mishima, Ma. Elena, óp. cit., p. 23. El tratado estuvo vigente hasta el año de 1924, aunque hubieron<br />

intentos por reformarlo, hasta esa fecha no se volvería a incentivar más.<br />

76 UNIVERSÓPOLIS <strong>Revista</strong> <strong>Estudiantil</strong> de Relaciones Internacionales n°1. Año 0, pp. 59-78

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