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Nueva España, reedificando la derrotada y semi-destruida ciudad de México para erigirla ��������������������������������������������������������������������
como capital de la nueva conquista. 4 De tal modo, la corona se impuso en las más altas
esferas de poder y de gobierno y se hizo representar desde 1535 por una nueva figura
llamada virrey. 5
Con todo este cauce de eventos, uno de los aspectos para la consolidación colonial
fue el afianzamiento de lazos con el mundo exterior, a pesar de que la metrópoli no
permitía de manera abierta que sus posesiones en el nuevo mundo gozaran de una libertad
exacerbada en tal rubro, se lograba en cierta medida un alcance intercolonial e internacional
mediante elementos comerciales y económicos principalmente. Para ello normalmente se
erigía un sistema muy controlado concerniente a cuotas y rutas establecidas, así como
movimientos de personas y bienes.
Así, en España el único puerto autorizado a mantener el enlace con América fue
Sevilla; en la Nueva España ese privilegio exclusivo le fue dado a Veracruz. En contraste,
el comercio por el Pacífico fue más libre, y la Nueva España se sirvió de puertos como
Huatulco y Acapulco, que inicialmente activarían sus importancias para la metrópoli al
vincular a la Nueva España con el Perú y consecuentemente con los países de la región
Asia Pacífico.
En este ambiente irrumpe la intención de la expansión ibérica por concretar una vía
hacía la especiería desde el continente americano; fue un portugués al servicio de la corona
española quien dio nombre al gran Océano y quien empezó a consolidar la conciencia
europea con respecto a éste. A finales de 1510 Fernando de Magallanes y su compañero
Sebastián Elcano emprendieron un proyecto de circunnavegación del mundo rumbo al
poniente, impulsados por el afán de descubrir nuevas rutas de explotación comercial, ruta
que había sido descubierta por Cristóbal Colón hacía apenas veintisiete años.
La expedición de Magallanes-Elcano encontró un pasaje hacia el occidente en el
extremo del nuevo continente americano. 6 Junto a esta hazaña se sumó en 1520 la
4 García, Bernardo, Ibídem, p. 65
5 El primer virrey de la Nueva España fue Antonio de Mendoza, Marqués de Modéjar, Conde de Tendilla y
Virrey del Perú. Nombrado por Carlos I de Habsburgo, de la Casa de Austria (Carlos V, emperador de
Alemania) de 1535 a 1550.
6 Knauth, Lothar, “La Constitución histórica de la Cuenca del Pacífico”, en Álvarez, Alejandro y Borrego,
John, La inserción de México en la Cuenca del Pacífico, Volumen I, UNAM, Facultad de Economía, México
D.F., 1990, pp. 102-103
UNIVERSÓPOLIS Revista Estudiantil de Relaciones Internacionales n°1. Año 0, pp. 59-78 61