VE-16 SEPTIEMBRE 2015
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Gigoló en la Antártida<br />
Especial agradecimiento a Pili, la culpable del título.<br />
Acabo de ver lo bueno de algunas palabras para cagarla bien<br />
cagada. Meditando donde mejor se medita, en el trono sagrado, me<br />
retrotraje al instante divino antes de decirte aquellas horribles<br />
palabras. Era un día lluvioso de febrero, del febrero más lluvioso<br />
jamás visto y estabas hecho un asco. No es que te odie cariño, pero<br />
esa barba y esas ojeras no le quedarían bien ni al maldito Christian<br />
Grey. Necesitaba un cigarrillo en mi boca y tú sólo querías tocar mi<br />
escuálido culo, maldito imbécil. Empezaste hablando de gilipolleces,<br />
como siempre que quieres decir algo importante y no te atreves, y yo<br />
puse música de fondo a tus palabras y empecé a visualizar la novela<br />
de mi vida. Cuando estaba formándose la escena central de “Amor en<br />
Oriente”, poco a poco comenzó a desvanecerse con el ruido de fondo.<br />
Tu ronca voz balbuceando, temblando como cuando un niño de<br />
cuatro años que intenta convencer a su mamá de que las cosas tienen<br />
que cambiar, de que tu forma de ser, que lo nuestro, que esto, que lo<br />
otro y el maldito protagonista de Amor en Oriente engordando,<br />
dejándose la barba y encorvándose hasta transformarse en el<br />
estúpido protagonista de “Gigoló en la Antártida”. Las escenas idílicas<br />
de un gran crucero por el Red River se transforman en perros con la<br />
lengua afuera tirando de trineos destartalados tratando de llegar al<br />
polo sur donde ese barbudo idiota, también llamado Chris pero de<br />
apellido Green, se encuentra a solas con una flacucha asquerosa de<br />
pelo corto y desgarbado, llamada Cloe, que no esperaba encontrar<br />
nada más que un garbanzo debajo de ese pantalón de esquiador. Y<br />
entonces te lo dije. Fue cuando no pude más, abrí mi bocota y te grité<br />
a la cara todo lo que pensaba.<br />
Te dije que te odiaba, que odiaba todas las malditas vueltas que<br />
dabas para decirme las cosas, que me resultaba insoportable vivir<br />
13