La Sirena Varada: Año II, Número 10

¿Cómo no se le había ocurrido antes?
Este árbol era un ser vivo más y ninguna
regla estipulaba que solo podían
adueñarse de seres humanos. Ciertamente,
él era de ideas poco ortodoxas y,
aunque tenía detractores, el haber poseído
el alma de este viejo roble le estaba
dando resultados: Había matado a
tres personas con sus enormes ramas;
otras dos murieron cuando atrajo un
rayo aquella tarde lluviosa y, además,
estaban todos esos tontos a los que llamaba
para que se suicidaran colgándose
del roble. Aquí estaría siempre porque,
finalmente, ni al propio Papa se le
ocurriría exorcizar un árbol.
Jesús Valdemar Pool Canul
El droide pasó limpiando la sala, me
miró y me dio los buenos días. Así comenzó
el idilio entre él y yo.
Pasaron dos años alucinantes, en los
que mi droide se humanizó rápidamente,
al grado de dormir conmigo cada noche.
Pronto fue necesario un nuevo droide
para la limpieza, por lo que fui a la proveedora
tecnológica por un nuevo modelo.
Cuando mi droide vio al nuevo modelo,
se abalanzó sobre él y lo dejó inservible
recién iniciado.
El droide me miró con desdén y vi
entonces la humanización a la que habíamos
llegado.
Víctor Jesús Gallegos Roberto
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