04.09.2018 Views

La Sirena Varada: Año II, Número 10

El décimo número de "La Sirena Varada: Revista literaria"

El décimo número de "La Sirena Varada: Revista literaria"

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Mary nunca estuvo segura de<br />

cuando empezó a sentir aprensión<br />

al recorrer ese sendero.<br />

Sonreía, y se animaba a sí misma para<br />

continuar, pero al final terminaba recorriéndolo<br />

tan rápido como podía correr.<br />

Sobre aquella vereda solitaria no<br />

existían más que unos pocos pinzanes,<br />

y algunos arbustos resecos por el sol.<br />

Fuese de día o de noche, el resultado<br />

siempre era el mismo: comenzar sonriente<br />

y salir corriendo. Tal vez porque<br />

era la porción más sombría de su recorrido,<br />

o quizá porque era el punto más<br />

silencioso que conocía; pero aquella<br />

trocha siempre le intimidaba.<br />

Si encontraba a alguno de los hombres<br />

del rancho que fuera en su misma<br />

dirección, se le acercaba e inventaba<br />

cualquier charla para mantenerse a su<br />

lado. Con todo eso, a veces se despedía<br />

precipitadamente para huir corriendo.<br />

<strong>La</strong>s pocas veces que recorría el camino<br />

entre su casa y la escuela en compañía<br />

de su madre, o de sus hermanos mayores,<br />

debía hacer esfuerzos para mantener<br />

el paso tranquilo que todos llevaban. Tal<br />

era el pánico que sentía siempre que llegaba<br />

a esa vereda que a veces proponía<br />

jugar una carrera para justificar el salir<br />

corriendo a toda velocidad.<br />

Cada mañana, mientras apuraba la<br />

taza de chocolate y el pan dulce del<br />

desayuno, examinaba la situación ¿Por<br />

qué le daba tanto miedo ese lugar?<br />

¿Por qué debía pasar corriendo? No era<br />

ni la obscuridad, ni el silencio que reinaban<br />

en el paraje aquel. Muchos otros<br />

lugares de su recorrido diario eran tan<br />

sombríos como callados, y no le causaban<br />

inquietud alguna.<br />

Siempre que llegaba a ese trecho<br />

de su camino cotidiano se sentía observada,<br />

aunque era evidente que no<br />

había nadie por allí. Una vez le pareció<br />

escuchar algo a sus espaldas, pero no<br />

volteó, simplemente emprendió la más<br />

veloz carrera de su vida. Jamás supo,<br />

ni pretendió indagar, que fue lo que la<br />

asustó esa madrugada cuando aún a<br />

obscuras iba del ranchito donde vivía<br />

con rumbo a la escuela.<br />

Como era de esperar, Mary pensó en<br />

dar un largo rodeo a fin de evitar esa<br />

porción del camino; pero el nuevo recorrido<br />

la hubiera obligado saltar cercas<br />

de alambre de espino, encarar a feroces<br />

perros guardianes que protegían<br />

el ganado y las casas de los vecinos; y<br />

por último a darle casi una vuelta entera<br />

al cementerio del pueblo, del que se<br />

contaban muchas historias de fantasmas<br />

y aparecidos.<br />

¿A quién podría recurrir? Preguntó a<br />

su madre quien, después de escucharla<br />

atentamente, le pidió que le dijera si<br />

realmente deseaba continuar yendo a<br />

la escuela; y cuando la niña le dio una<br />

respuesta afirmativa, ella le acompañó<br />

por el camino durante una semana<br />

completa. Al lunes siguiente, el benjamín<br />

de la familia amaneció afiebrado, y<br />

la señora de la casa tuvo que quedarse<br />

con él. Mary tuvo que enfrentar nuevamente<br />

y a solas sus temores.<br />

«Pero… ¿A qué le tienes miedo?» le<br />

preguntaban con insistencia sus padres<br />

y hermanos. «Muchas, muchas<br />

veces hemos pasado por allí y nunca<br />

sucede nada. Antes no te asustabas»;<br />

concluían sonrientes. <strong>La</strong>s semanas<br />

transcurrían, y Mary tenía cada vez<br />

más miedo de ese lugar. Empezaba<br />

un llanto incontrolable antes de salir<br />

de casa, y para el momento de arribar<br />

a ese trecho del recorrido, su cuerpo<br />

temblaba sin control alguno, volvía entonces<br />

a casa, sollozante y temblorosa.<br />

95

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!