04.01.2019 Views

La fortuna de los Rougon - Emile Zola

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

habitación <strong>de</strong> un muerto. Se había sabido, durante el día, que una<br />

columna <strong>de</strong> insurgentes, compuesta por unos tres mil hombres, se<br />

encontraba reunida en Alboise, un burgo alejado a lo sumo tres leguas. <strong>La</strong><br />

intención, a <strong>de</strong>cir verdad, era que esta columna se dirigiera a la capital <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>partamento, <strong>de</strong>jando Plassans a la izquierda, pero el plan <strong>de</strong> campaña<br />

podía ser cambiado, y bastaba, a<strong>de</strong>más, a <strong>los</strong> rentistas cobar<strong>de</strong>s con<br />

sentir a <strong>los</strong> insurgentes a algunos kilómetros para imaginarse ya que rudas<br />

manos <strong>de</strong> obreros les apretaban la garganta. Habían tenido, por la<br />

mañana, un anticipo <strong>de</strong> la revuelta: <strong>los</strong> escasos republicanos <strong>de</strong> Plassans,<br />

viendo que no podrían intentar nada <strong>de</strong> importancia en la ciudad, habían<br />

resuelto unirse a sus hermanos <strong>de</strong> <strong>La</strong> Palud y <strong>de</strong> Saint-Martin <strong>de</strong>-Vaulx;<br />

había partido un primer grupo, hacia las once, por la puerta <strong>de</strong> Roma,<br />

cantando <strong>La</strong> marsellesa y rompiendo algunos cristales. Una <strong>de</strong> las<br />

ventanas <strong>de</strong> Granoux estaba dañada. Y él contaba el hecho con balbuceos<br />

<strong>de</strong> espanto.<br />

El salón amarillo, mientras tanto, se agitaba con viva ansiedad. El<br />

comandante había enviado a su criado para estar informado <strong>de</strong> la marcha<br />

exacta <strong>de</strong> <strong>los</strong> insurgentes, y se esperaba el regreso <strong>de</strong>l hombre, haciendo<br />

las suposiciones más sorpren<strong>de</strong>ntes. <strong>La</strong> reunión estaba completa. Roudier<br />

y Granoux, hundidos en sus sillones, se lanzaban miradas lamentables,<br />

mientras, a sus espaldas, gemía el atontado grupo <strong>de</strong> <strong>los</strong> comerciantes<br />

retirados. Vuillet, sin aparentar <strong>de</strong>masiado susto, reflexionaba sobre las<br />

disposiciones que tomaría para proteger su tienda y su persona;<br />

<strong>de</strong>liberaba si se escon<strong>de</strong>ría en el <strong>de</strong>sván o en el sótano, y se inclinaba por<br />

el sótano. Pierre y el comandante caminaban <strong>de</strong> un lado a otro,<br />

intercambiando una frase <strong>de</strong> vez en cuando. El ex comerciante <strong>de</strong> aceite<br />

se aferraba a su amigo Sicardot, para que le prestase un poco <strong>de</strong> su valor.<br />

Él, que esperaba la crisis <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía tanto tiempo, trataba <strong>de</strong> mostrar<br />

aplomo, pese a la emoción que lo asfixiaba. En cuanto al marqués, más<br />

pimpante y sonriente que <strong>de</strong> costumbre, charlaba en un rincón con Félicité,<br />

que parecía muy contenta.<br />

Por fin llamaron. Aquel<strong>los</strong> señores se estremecieron como si hubieran oído<br />

un disparo <strong>de</strong> fusil. Mientras Félicité iba a abrir, un silencio <strong>de</strong> muerte reinó<br />

en el salón; las caras, <strong>de</strong>scoloridas y ansiosas, se tendían hacía la puerta.<br />

El criado <strong>de</strong>l comandante apareció en el umbral, ja<strong>de</strong>ante, y dijo<br />

bruscamente a su amo:<br />

—Señor, <strong>los</strong> insurgentes estarán aquí <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una hora.<br />

101

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!