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hábito que ya se estaban dando. Lo que
va a hacer esta pandemia es acelerar el
cambio: se acortaron los tiempos gracias
a la tecnología, pero no es que va a
haber un cambio fundamental, fin del
capitalismo, otra moneda, etc. Yo vi a la
gente de Mark Zuckerberg en las páginas
de Brando, diciendo: ‘sí, usamos información’,
y Facebook cayendo un 30%
ese mismo día; pero hoy es una de las
empresas más grandes del mundo y
está cerca de su máximo histórico,
comprando WhatsApp, Instagram... En
aquel momento decían que era el fin de
la compañía. Yo vi cuando se acababa
el mundo en el 2008, que no iba a
haber más dólares, que quebraban todos
los bancos, y que no había sistema
financiero. Hoy el Dow Jones y el S&P
valen 10 veces más de lo que valían
antes y el mercado se repuso. También
entendí –como muchos– que el 2002
era el fin del mundo y vi la Gripe A –no
dejamos entrar mexicanos a la Argentina–,
donde murieron 80.000 personas
en el mundo y hubo 1.400.000 infectados
a nivel mundial. Lo que pasa es
que en aquel momento no había Whats-
App, no se viralizaban las noticias todo
el tiempo y no había 8.000 noticieros a
la vez contando los muertos como si fuese
el clima. Cada una de las cosas que estamos
viviendo hoy, dentro de 5 o 6 años
también va a ser una anécdota. Esto va a
pasar, con daños colaterales, pero esto
va a pasar –para mí– aún más rápido.
Yo soy de los que está del lado positivo
diciendo que fue una crisis de oferta,
esto no fue una guerra, no fue un tsunami
y no se destruyó capacidad instalada.
Así como se cayó en Estados Unidos,
van a prender la luz. No va a haber
un día, no es que esto empieza el 11 de
septiembre del 2020, si no que va a ser
paulatino hasta que vayamos perdiendo
el miedo. Pero la economía va a a-
rrancar; los puertos no se rompieron,
las rutas no se destruyeron, la mercadería
está, el stock está.”
Zuchovicki aclara entonces que él
no subestima la crisis, “lo que digo es
que va a pasar. Y en estos momentos es
donde uno tiene que hacer ese intercambio
de cartera. Bajó todo tanto y me
da la posibilidad de agarrar lo bueno
contra lo malo aunque a algunas cosas
ya llegué tarde”. El economista detalla
que “hay economías que van a salir más
rápido. En Estados Unidos se pagaron
26 millones de indemnizaciones, se
echó a la gente pero al otro día cobraron
1.200 dólares del Estado y después,
cuando se abra la economía, de a poquito
se van a ir reinsertando”.
CONDICIONES DE AFUERA PARA
HABLAR DE ARGENTINA.
Al referirse al contexto económico
financiero mundial, Claudio Zuchovicki
señala dos cuestiones: en primer lugar
“el 70% de las tasas en el mundo son
negativas, si alguno de ustedes quiere
vivir de rentas está en el horno, no hay
nada que rinda nada. Entonces, si me
preguntan dónde invertir, mi teoría
siempre es conocida: «80-20». El 80 seguro
a tasa cero, el 20 tomo riesgo. ¿Por
qué? Porque no hay alternativa de inversión
en el mundo, esto es fortaleza
del dólar y juega en contra del valor de
nuestras materias primas, pero si quiero
mirar el vaso medio lleno, Argentina
exporta alimento e importa bienes de
capital, el mundo sigue consumiendo
alimento, nosotros seguimos consumiendo
alimento, el alimento se vende
a un precio un poco menor pero el
saldo comercial es muy positivo y lo
que importamos vale menos. Los países
a los que exportamos se están levantando
antes. Los países de los que importamos
su crisis es mayor. Por lo
tanto, si hablo del mundo sólo para el
mercado argentino, y poniendo de lado
mi optimismo, digo que el viento no va
a soplar en contra esta vez”.
“No miren en la historia lo que puede
pasar en el futuro y si son jóvenes
menos todavía, ¿Por qué? La historia no
se repite. Vargas Llosa decía «la historia
no es lo que pasó, es lo que uno se
acuerda que pasó». Para nosotros el sistema
financiero del 2002 fue un caos,
pero para muchos fue el despegue, porque
les pesificaron la deuda, hubo sustitución
de importaciones... Entonces,
la historia contada por mí fue dramática,
la historia contada por alguien que
le pesificaron la deuda fue el renacer, es
muy subjetivo.”
En otro orden, Zuchovicky señala
que “los mercados no tienen memoria,
ni moral, son los partícipes los que los
tienen. El mercado es una tendencia, es
la suma de todos nosotros. Entonces,
miremos el futuro, el pasado ya está,
esto no es la Pandemia de 1918, ni la crisis
del 2008”.
¿EN QUÉ VAMOS A GASTAR PLATA?
Frente a este interrogante, el analista
responde en varios puntos:
1. Cambio de hábitos:
“No vamos a poder viajar, por lo
menos hasta después de que se realicen
los juegos olímpicos de Tokio. Hasta
ese momento no se va a poder hacer
ninguna convención”. De esta manera,
Zuchovicki asegura que las conferencias
virtuales son mucho más fáciles y
más económicas.
Luego se refirió al Home Office, “yo
dudo que la gente vuelva a trabajar plenamente
en sus oficinas, porque tanto
los empleados como las compañías se
ahorran tiempo y dinero”.
¿Entonces en qué vamos a gastar?
Según el economista, “un ciudadano
promedio en el mundo va a gastar en
arreglar su casa. Se va a hacer una oficina
para no tener que hablar desde una
habitación, va a gastar en tecnología,
cyberseguridad, va a contratar entretepág.
13 • junio - julio 2020 |
CA&A