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FONDO JURÍDICO Y COLABORACIONES
FONDO JURÍDICO
Y COLABORACIONES
FRANCISCO GARCÍA MARCOS
Catedrático de Lingüística de la UAL
EL SONIDO Y SU ANÁLISIS LINGÜÍSTICO EN EL MUNDO JURÍDICO
La lingüística, como ciencia autónoma
liberada de la filología, siempre ha
mantenido un vínculo relativamente
firme con las tecnologías. Es cierto que
ha sido más intenso en algunos de sus
componentes que en otros. Entre los
usuarios más habituales —incluso históricos—
de la tecnología dentro de la
lingüística, ha destacado la fonética,
con una tradición ciertamente acendrada.
Es cierto que, como decía Francisco
Salvador, un respetado dialectólogo
de la Universidad de Granada, el
oído humano es el más afinado instrumento
para analizar los sonidos lingüísticos.
Pero, de inmediato, advertía
que también era el más peligroso, por
subjetivo. En sus clases bromeaba
acerca de la finura auditiva de sus
maestros, capaces de distinguir más
de 20 tipos de s, extraordinaria capacidad
que, según mi querido profesor,
los hacía dignos del museo de la ciencia.
Ironías al margen, para evitar las
sospechas en las audiciones de los
dialectólogos, la fonética disponía de
medios que permitían hacer más objetivos
sus diagnósticos. Ante la evidencia
física de un resultado instrumental
no cabían tantos recelos.
Entre los primeros instrumentos que
contribuyeron al análisis del sonido lingüístico
pronto destacaron los palatogramas,
ya presentes en los laboratorios
de fonética desde el primer tercio
del siglo XX. Su uso y desarrollo se
compartía, por descontado, con otras
disciplinas, en especial con la odontología
forense. En lingüística permitían
conocer la zona exacta del paladar que
entra en contacto con la lengua al producir
un sonido. Para ello se podía proceder
de dos maneras. Una opción
consistía en pintar con color el interior
de la boca, de manera que se quedasen
marcados los puntos de contacto de la
lengua durante la articulación de los
sonidos. En la otra posibilidad se recurría
a un paladar artificial, por lo general
recubierto con cacao o talco. En
esta ocasión el polvo desaparecía al
contacto con la lengua. Mediante un
sistema de espejos, se obtenía la fotografía
de la huella resultante. El aparato
encargado de dar cuenta de todo ello
era el palatógrafo, del que todavía se
conserva una reconstrucción que hizo
el CSIC en los años 60. En la actualidad,
naturalmente, esa técnica ha evolucionado
y se realiza por medios eléctricos.
En cualquiera de sus versiones
ha servido para conocer con más precisión
los mecanismos articulatorios
de las lenguas y, en todo caso, ha formado
parte de un conjunto más vasto
de instrumentos que han medido otros
aspectos de la articulación de los sonidos
lingüísticos. La pneumatografía se
ha encargado de la presión en la zona
subglotal; la manomatría del volumen
del aire en esa misma zona, la nasometría
hace lo propio con la cavidad
nasal, mientras que para el funcionamiento
de la laringe se emplean técnicas
más incómodas como la videoendoscopia
o la fibroscopia, según se introduzca
el equipo de visión por la boca
o por la nariz. Hay que reconocer, en
todo caso, que estas últimas son aplicaciones
potenciales, no tan habituales
ni incluso en la fonética experimental.
Sí que ha sido muy habitual la espectrografía,
entre otros motivos, porque
tenía un alcance distinto, al precisar y
delimitar los sonidos del lenguaje. La
lingüística recurrió, de nuevo, a instrumental
empleado por otros disciplinas.
El espectrómetro registra un movimiento
ondulatorio y lo transcribe en
un papel. Es apto para mediciones físicas,
ópticas o, en el caso del sonido,
también lingüísticas. Gracias a ese
procedimiento, los lingüistas dispusieron
de registros explícitos de los sonidos,
en los que era posible discriminar
los armónicos que lo componen, su duración,
su altura y su longitud. España
fue una auténtica pionera de esas investigaciones
gracias a la impecable
labor de Tomás Navarro Tomás. Extraordinario
fonetista, hombre muy -
atento a todo lo que sucedía en la sociedad
científica internacional, a partir
de 1916 empieza a publicar estudios
fonéticos experimentales que fueron
-
-
decisivos a la hora de estudiar la configuración
sonora del español. Entre sus
innovaciones figura también la utilización
de espectrógrafos para caracterizar
la caída de la /s/ en andaluz. Ese
rasgo tan frecuente en muchos puntos
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