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de una tabla de encino y las metieron al río. Ahora, el río se encargaría de llevar a estas
nobles y valientes águilas a un lugar desconocido, a un lugar en el que elevarían su vuelo
más allá de lo inimaginable.
Fue un día intenso para Xhela y para toda la especie, primero por la competencia y
después por la lucha exhaustiva que llevaron en contra de los cuervos. Xhela aprendió
mucho en ese día, primero el valor de la solidaridad al auxiliar a las demás águilas sin
importar las circunstancias, después a tener valentía, pues supo que las situaciones se
presentan de un momento para otro, en cualquier lugar, en cualquier momento, espacio
o tiempo, también supo que era imposible derrotar a los cuervos luchando cuerpo a
cuerpo y entendió que las batallas no se ganan quebrándose el cuerpo completamente
ni gastando toda la energía posible luchando, se gana con estrategia, aprovechando
sus habilidades y destrezas, encontrando puntos fuertes y utilizarlos responsablemente.
Al pasar de los días fue llegando la normalidad poco a poco, la estabilidad y armonía
en el bosque fue surgiendo con el paso del tiempo. Aún así había un hueco y era que
el ejército de las águilas no tenía líder, entonces se reunieron para elegir al sucesor.
Muchos creían que su lugarteniente debería ser quien ocupara el puesto, otros creían
que el más veloz era quien debería ser el nuevo líder, otros más dijeron que el más fuerte
y otros estaban a favor de que el águila con las plumas más grandes debería ser el nuevo
líder, no se ponían de acuerdo y discutían y se enredaban cada vez más.
De pronto, el amigo de Xhela quien había sido auxiliado por esta en la batalla, pidió la
palabra, dijo que el proponía que Xhela fuera el nuevo líder del ejército, pues a pesar
de su poca experiencia en batalla, había descubierto una estrategia efectiva para salir
victoriosos en la lucha. Los ahí presentes observaron y discutieron durante un momento.
Al cabo de un rato, tomaron la decisión de someterlo a votación. Un gran número de
águilas no votaron a favor de Xhela pues argumentaban que un águila recién ingresada
al ejército no tenía la suficiente experiencia para dirigirlos, pero otro gran número de
águilas votaron a favor de Xhela pues creían que había sido quien los había salvado de
la derrota que se aproximaba.
La cosa iba muy pareja cuando de pronto apareció por los cielos aquella Águila líder que
había muerto en la batalla, era una silueta perfectamente visible, relucía con un brillo
impresionante, era el espíritu de esta águila que había ido al bosque a emitir su voto, él
creyó que Xhela era lo suficientemente capaz de dirigir al ejercito por lo que emitió su
voto y su consentimiento para que Xhela fuera el nuevo líder de las águilas protectoras,
y así fue como Xhela se convirtió en el protector del bosque.
“El único pájaro que se atreve a picotear un águila es el cuervo. Se sienta sobre su
espalda y muerde su cuello. Sin embargo, el águila no responde ni lucha con el cuervo;
no gasta tiempo ni energía en él, simplemente abre sus alas y comienza a elevarse más
alto en los cielos. Cuanto mas es el vuelo, más difícil es para el cuervo respirar y luego
el cuervo se cae por falta de oxígeno. Deja de perder el tiempo con los cuervos. Con esa
gente dañina que sólo se acerca a tu vida para intentarte desestabilizar, para proyectar
sobre ti sus propias tormentas. Sólo llévalos a tus alturas y se desvanecerán solos”.
(Claudia P.)
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