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“El caballo de Troya”
Estamos llegando a nuestra bahía, Coyote Tango se encontraba resplandeciendo, era
un EVA de tercera generación, media unas 5u, fabricado con una aleación resistente a
impactos, con el paso del tiempo ha ganado varias “marcas de experiencias”, la más
prominente se encontraba en la espalda, 3 incisiones de gran espesor, asimilaba un
zarpazo. Aunque todos los EVAS comparten el mismo color azul, para mí siempre tendrá
una tonalidad muy especial CT que la diferencia de los otros.
¡Sargento! ¿Seguirá viendo a su EVA o nos ayudará a prepararlo? Salimos en T
menos 30.
Era una voz familiar, la comandante García, una vieja amiga de mi escuadrón inicial, ella
decidió entrar en la burocracia que implica todo el sistema de reclutas y control. Por mi
parte decidí seguir en campo. Al girar en dirección de la voz pude observar a mi amiga,
mínima nuestra diferencia en altura, vestía su uniforme a 5 botones.
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- Comandante, sabes perfectamente que ya no porto dicho título – Le reprochaba.
- Recuerda que siempre serás un sargento en espíritu. ¿Preparando el despliegue?
- Sabes que siempre me ha gustado venir a observar antes de partir.
- Los viejos hábito nunca cambian, aun por malos que sean.
- Así es.
Aunque había toda una operación a nuestro alrededor, EVAS moviéndose y
preparándose, podría jurar que el tiempo de detuvo y recordé esas primeras misiones,
donde el escuadrón de la comandante y el mío nos cuidábamos la espalda. Como lucia
la sala de embarques antes, solo han cambiado algunos EVAS y el personal, aunque
podría jurar que las lámparas fundidas siguen en los mismos lugares que antes. ¿Esta
nave a cuantos pilotos habrá visto hasta ahora? Creo que por esa puerta estaban los
dormitorios de...
- ¡Tcht! – me quejaba.
-¿Sigues con las jaquecas?
-Algo así.
Nuevamente ese sentimiento de inquietud, siento como una descarga cada vez que
pienso en el pasado y mi escuadrón. Justo después llega esa imagen a mi cerebro,
manchas negras con ojos y… ¿Tentáculos?, no termino de distinguir.
- Hangares de la “A” a la “E” prepárense para despliegue. – Se escuchaba la
indicación de los comunicadores.
- Bueno comandante, ha sido todo un placer, pero creo que vamos tarde, tengo que
ir por una científica impuntual. – Le indicaba a García mientras me giraba hacia los
laboratorios.
- Max, si necesitas hablar de Mich sabes que aquí estoy – Me sujetaba de la mano
mientras me hacía voltear a verla.