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Negociación Gobierno-ELN. Y sin embargo, se mueve<br />
rar o recuperar otros imaginarios que expresen la heroicidad y el valor como<br />
potencialidad de construir, respetando las diferencias, no en la capacidad de<br />
destruir la vida y las fuentes de vida; en el que la inteligencia, las herramientas<br />
y las máquinas reemplacen a las armas y donde los esfuerzos se apliquen a la<br />
satisfacción de las necesidades de todas las personas.<br />
Una sociedad no sustentada en jerarquías, que celebre la fiesta de la vida<br />
en lugar de festejar la muerte de los opositores. Una sociedad que nos recuerde<br />
que somos parte de la humanidad y también parte, solo parte, del planeta. Un<br />
Estado soberano que haga realidad los derechos humanos.<br />
¿Cómo trazar las rutas para la negociación?<br />
Nuestra voluntad de involucrarnos en las negociaciones de paz muestra la urgencia<br />
de pensarnos en toda nuestra amplitud y diversidad, reflexionar sobre<br />
los problemas estructurales que determinan nuestra posición secundaria en la<br />
sociedad, dimensionarlos e imaginar simultáneamente posibles vías de solución.<br />
Las mujeres representamos mucho más que un sector, o una región, una<br />
clase, una etnia… Somos la mitad de la humanidad y nuestra lucha debe librarse<br />
en todos esos escenarios, de los que somos parte. En cada uno de ellos tenemos<br />
exigencias comunes a toda la población y las específicas nuestras. Pero lo fundamental<br />
es luchar porque ninguna diferencia o interés grupal nos fracture y<br />
diluya el sueño de derruir el patriarcado. El empeño debe centrarse en eliminar<br />
los protagonismos individuales que nos separan, e identificar lo que nos une.<br />
Las mujeres colombianas se han fortalecido en espacios políticos y sociales:<br />
en cientos de organizaciones barriales, comunitarias, campesinas generadoras<br />
de cambios en las condiciones de vida de otras mujeres, sus familias y comunidades;<br />
también han persistido en la lucha por acceder a espacios decisorios<br />
para propender por la igualdad y siguen ganando reconocimiento, aunque las<br />
cuotas para cargos de representación y dirección no se hagan efectivas.<br />
Ahora bien, pese a que la degradación del conflicto ha producido una<br />
exacerbada violencia contra las mujeres, ser víctimas es sólo una de sus condiciones:<br />
también dirigen o hacen parte de organizaciones que denuncian las<br />
graves violaciones que han vivido en su propio cuerpo e interpelan a todos los<br />
actores armados frente a sus atropellos al DIH; gestionan el acompañamiento<br />
para quienes han sufrido esa violencia, construyen verdad y memoria histórica<br />
para superar la impunidad. Hacen seguimiento a otros procesos del ámbito mundial<br />
y mantienen intercambios con organizaciones de mujeres excombatientes<br />
y de otros movimientos de mujeres por la paz, para consolidar aprendizajes.<br />
Desde los años 80 se viene gestando mundialmente uno de los movimientos<br />
más fuertes para reclamar derechos, en espacios multilaterales y exigir a