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Negociación Gobierno-ELN. Y sin embargo, se mueve<br />
Tras los acuerdos, dice la ahora militante feminista, el modelo neoliberal<br />
se instaló formalmente en la Asamblea Legislativa, “ya con el FMLN como<br />
partido”. Y agrega:<br />
Todos los programas de ajuste estructural, que son la base del modelo, fueron<br />
aprobados con votos del FMLN. Toda la privatización de la energía eléctrica,<br />
de las telecomunicaciones, la llegada de empresas transnacionales extractivas,<br />
el desfile de las maquilas, fue aprobada por el FMLN. Así, nunca se enfrentaron<br />
las causas de la guerra, sino que se exacerbaron. (…) Toda esa lucha de 20<br />
años para transformar el sistema quedó reducida a participar en elecciones.<br />
“Los acuerdos acabaron en El Salvador con la exclusión política”, dice Deysi<br />
Cheyene. Y agrega: pero eso no propició una democracia económica, ni política,<br />
ni un cambio significativo del sistema. Hoy tenemos una exclusión económica<br />
mayor que la de antes de la guerra (…).<br />
Deysi Cheyene concluyó la entrevista con el periódico El Espectador<br />
afirmando:<br />
mientras se desmontó la estructura militar que soportaba a la dictadura, el<br />
tema era cómo desmontar a la guerrilla. El acuerdo era propiciar la inserción<br />
de guerrilleros a la vida política. En el 94, dos años después de los acuerdos,<br />
la guerrilla era partido. (…) Del 92 al 94 se participó en las “elecciones del<br />
siglo”, y en el 2000, ya como partido, el FMLN estaba absorbido en el sistema<br />
político e hizo de las elecciones el único propósito.<br />
Y vemos que la paz es de los pueblos y no cabe en las mesas de negociación<br />
ni se alcanza con la inserción en el sistema a través de maquinarias político electorales.<br />
No hay un sólo ejemplo en el mundo en el que el énfasis en la inserción<br />
a las maquinarias político-electorales conduzca a nada distinto que a la paz del<br />
sistema que es explotación, privilegios, terror, exclusión y despojo.<br />
Ante esa experiencia hermana, en Colombia cobra validez la persistencia<br />
del ELN en la exigir la participación activa de los sectores populares y medios<br />
de la población: en la mesa de la negociación, pero también, desde lo rural y<br />
urbano; en palabras de Juan Carlos Cuéllar, del Colectivo de Presos Políticos<br />
Camilo Torres Restrepo, del ELN, en términos de,<br />
propender por la propia visibilización y empoderamiento de las comunidades<br />
en la construcción de agenda y movimiento desde los territorios, desde las<br />
y los afros e indígenas, campesinos y trabajadores, mujeres y jóvenes, ecuménicos<br />
e iglesias, artistas, académicos e intelectuales, desde abajo, desde la<br />
periferia, desde lo local y regional a lo nacional, un proceso de construcción