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Pesimismo de la inteligencia y optimismo de la voluntad | 137<br />
la paz (Congreso de los Pueblos, 2013b).<br />
Hay un mandato desde la voluntad del movimiento social en Colombia por<br />
un proceso de solución política del conflicto que debe considerarse seriamente,<br />
en el que el papel del reconocimiento de la victimización es fundamental.<br />
La reconciliación<br />
Desde el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad, la reconciliación<br />
supone otra cosa distinta a la concordia funcional a la explotación de<br />
recursos. Reconciliación debe significar reestructuración de la democracia en<br />
Colombia, es decir, democratización de la base del poder político más allá de<br />
la democratización del voto y de la participación política de las insurgencias.<br />
De este modo, las demandas del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado<br />
han dejado de ser los reclamos de un sector de la sociedad, para convertirse en<br />
elementos transversales necesarios de la no repetición, debiendo ser reivindicadas<br />
por el conjunto de la sociedad colombiana.<br />
Al respecto, hay dos demandas fundamentales que debemos resaltar:<br />
La primera es el reconocimiento de los crímenes de Estado. Se orienta<br />
a conseguir las medidas de reforma institucional sobre la doctrina y funcionamiento<br />
de las Fuerzas Armadas y de Policía, del Estado en general, frente a<br />
las comunidades que han sido objeto de la política de “quitarle el agua al pez”.<br />
El posacuerdo, con el pesimismo de la inteligencia, es necesariamente un<br />
escenario de apertura de la conflictividad a que conduce la crisis aguantada que<br />
mencioné anteriormente. Para que esa conflictividad sea positiva, pacífica y democrática,<br />
se requiere reformar el modo como actúan las fuerzas de seguridad<br />
del Estado frente a los conflictos sociales.<br />
La segunda demanda es el reconocimiento de la responsabilidad de otros<br />
sujetos, además de lo que corresponda al ELN, al Estado y sus agentes, especialmente<br />
de las empresas, las iglesias y los medios de comunicación.<br />
Los planes que se proyectan sobre los territorios con el posacuerdo no<br />
pueden estar guiados por la impunidad que mantiene el ambiente de dominación<br />
y afecta la acción ciudadana frente a los proyectos económicos. Más allá,<br />
sólo con una voluntad de reconciliación que parte del reconocimiento de la<br />
responsabilidad desde los actores sociales fundamentales en la reproducción del<br />
conflicto, será posible que la experiencia de las víctimas recupere su significado<br />
profundo, como experiencia generalizable que interpela al país sobre el cambio<br />
que merecemos, y que no se reduce a la entrega de indemnizaciones monetarias.