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Negociación Gobierno-ELN. Y sin embargo, se mueve<br />
Suspendida la facilitación mexicana, de nuevo una iniciativa ciudadana<br />
propició los acercamientos: el Grupo de Garantes, que propuso la herramienta<br />
Casa de Paz que le permitiera al ELN, “en una fase de diálogo participativo y<br />
de exploración”, adelantar consultas con diversos sectores de la sociedad para<br />
“encontrar los interlocutores del país en procura del inicio cierto de un diálogo<br />
directo entre el ELN y el Gobierno Nacional” (Villaraga, 2013, 207).<br />
Hechas estas consultas previas, se convino en adelantar el Diálogo Formal<br />
Exploratorio entre las partes en La Habana. Hubo ocho rondas, con participación<br />
de sectores de la sociedad y acompañamiento internacional, que concluyeron<br />
en la elaboración de un Acuerdo Base, fundado en tres ejes: acompañamiento<br />
de la comunidad internacional, creación de un ambiente para la paz, que comprende<br />
las reformas democratizadoras y las dimensiones regionales asociadas<br />
al ordenamiento territorial, y participación de la Sociedad.<br />
Logrado ese Acuerdo Base, se dio por sentado que se pasaba a la negociación<br />
formal, pero esto no se logró. El ELN argumentó que no era viable mientras<br />
el gobierno exigiera la identificación de todos sus integrantes, como conditio<br />
sine qua non para el desarrollo de la negociación.<br />
Aprender del pasado<br />
La prolongada y variada experiencia aporta sin duda, asimilada críticamente,<br />
elementos para definir un acuerdo que haga viables las actuales conversaciones.<br />
Los encuentros previos que se adelantan entre el gobierno y el ELN conducirán<br />
seguramente a la fase de negociación. Los dirigentes del ELN han insistido en<br />
que, si se define un diálogo entre el gobierno y esa organización, su pretensión<br />
es, según sostiene Antonio García, “establecer una agenda que abra y permita<br />
a la sociedad colombiana, por sí misma (nosotros no podemos negociar en<br />
su nombre), (la negrilla es mía) identificar y definir el país que sueña y que es<br />
posible hacer realidad” (Periódico Tiempo Argentino, 2015).<br />
La afirmación del comandante García coincide con lo definido en su II<br />
Congreso: la “vanguardia” busca y promueve el protagonismo de la sociedad.<br />
Pero la fuerza de la sociedad no reside en las armas de la insurgencia, reside en<br />
la capacidad organizada para la identificación, formulación y defensa de sus<br />
intereses”. En correspondencia, Nicolás Rodríguez sostiene: “si alguien sabe<br />
hacia dónde debe dirigirse Colombia en un proceso de paz, son esas masas que<br />
reclaman cambios que superen la oscura noche de este largo conflicto”. E invita<br />
a que “nos reconozcamos como hijos de una patria que heredamos de los que<br />
se han sacrificado por ella y otros que trabajan y luchan para lograr un futuro<br />
de paz y reconciliación donde los conflictos se resuelvan mediante el dialogo y<br />
no por la vía de la confrontación violenta” (ELN, 2015).