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Negociación Gobierno-ELN. Y sin embargo, se mueve<br />
para construir la paz. Esa relevancia está determinada por la influencia<br />
social de su ideario político y por el arraigo regional que la caracteriza.<br />
Implica el reconocimiento del proyecto político del ELN y lo que este<br />
representa (De Currea - Lugo: 2014b).<br />
2. Buscar alternativas antes que imponer un modelo de agenda y negociación.<br />
Desde una óptica pragmática, debería replicarse con el ELN la<br />
agenda y el modelo de intercambios que se sigue en La Habana. No<br />
obstante, ese no es un planteamiento realista, por las marcadas diferencias<br />
entre ambas agrupaciones, diferencias ideológicas, políticas y<br />
de su trayectoria y por la propia complejidad que entraña abordar la<br />
solución política a un conflicto armado de tan larga duración, en el<br />
que subyacen la exclusión política, la inequidad económica y social,<br />
el uso excesivo de la fuerza, el irrespeto cultural, la desigualdad de<br />
género y la depredación ambiental.<br />
En otras palabras: en la cotidianidad, más allá del conflicto armado,<br />
vivimos una acumulación de conflictos no resueltos. Los encuentros con<br />
las guerrillas son la ventana de oportunidad para avanzar en su resolución,<br />
en una perspectiva de construcción de paz de largo alcance. Así,<br />
en la definición del modelo de negociación y en la agenda con el ELN<br />
no puede imponerse un criterio reduccionista, ni convertirse en una<br />
camisa de fuerza. Por el contrario, el reto está en abrir posibilidades de<br />
bifurcación, de abordajes de otras problemáticas o de las mismas desde<br />
otras miradas y con otros métodos, si de verdad queremos avanzar en<br />
una construcción de paz. El espacio con el ELN no debe mirarse entonces<br />
en el espejo del de las FARC, aunque tome en cuenta las lecciones<br />
aprendidas del mismo. Debe estar dotado de una identidad propia.<br />
3. Pensar en un proceso en clave de participación social. La apertura de<br />
las conversaciones de La Habana permitió escuchar voces (en foros<br />
temáticos, encuentros con las víctimas, intercambios con diferentes<br />
expresiones del movimiento de mujeres). Sin embargo, a la luz la propuesta<br />
de Convención Nacional defendida por ELN desde hace varias<br />
décadas, estos avances son insuficientes. Es preciso buscar fórmulas<br />
orientadas a incorporar como un todo en este proceso las propuestas<br />
y perspectivas de los sectores sociales organizados y las comunidades<br />
El ELN tiene claro que el escenario de paz es también el de la disputa<br />
política sobre la visión de país y en relación con las respuestas a los<br />
conflictos acumulados que subyacen al conflicto armado. Es justamente<br />
por esa razón que considera que son esos sectores y comunidades las<br />
que deben tomar la iniciativa en relación con las propuestas de agenda<br />
de los aspectos políticos y sociales que se requiere tratar en los diálogos.