You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Gastón Fornasier<br />
“MI” TEORÍA DE LA RELATIVIDAD<br />
Y LA FLEXIBILIDAD HUMANA<br />
Antes de empezar a escribir esta pequeña historia debo aclararles<br />
que no creo en las casualidades. Este año se cumple un<br />
siglo desde que Albert Einstein completó su famosa teoría y<br />
noventa años de la visita que hizo el famoso científico a nuestro<br />
país. Einstein vino a la Argentina en 1925 cuando era presidente<br />
Marcelo T. de Alvear. Este primer dato, por ahora inconexo y<br />
sin sentido, me llevó a leer un libro de Física que compré cuando<br />
estaba en la escuela secundaria. Siempre me entusiasmaron<br />
materias como física, química y matemática. Por eso me recibí<br />
de ingeniero civil, aunque les confieso que estuve a punto de<br />
elegir medicina. En mi viejo y querido libro de Física traté de<br />
buscar, entre fórmulas y postulados, algún punto de contacto<br />
entre Einstein y “su” teoría de la relatividad y lo que hoy estoy<br />
bautizando como “mi” teoría de la relatividad.<br />
Cuando nació Ramiro estuvo tres meses internado en la neonatología<br />
<strong>del</strong> IADT y yo preguntaba incansablemente a todas<br />
las enfermeras y médicos cada detalle de cada aparatito que<br />
“Rami” tenía conectado. En esos momentos recordaba con cierta<br />
nostalgia mi frustrada vocación de médico que había dejado<br />
en el camino para convertirme en ingeniero. Supongo que<br />
esa impotencia que uno siente cuando ve a su hijo grave en<br />
un hospital provoca ese tipo de reproches internos, “tendría<br />
que haber estudiado medicina, y si era neonatología, mejor”.<br />
Gastón Fornasier - 27