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Miradas del alma 2

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lugares desconocidos quedaron en suspenso. Los tratamientos<br />

fueron aumentando y las terapeutas coparon nuestra casa. Esto<br />

obviamente recayó en él, pero también fue un impacto para su<br />

hermanita (que tenía tres meses cuando empezaron las terapias),<br />

para su mamá y para mí. Cambiaron nuestras expectativas<br />

profesionales y el foco de nuestra atención fue con Felipe.<br />

La cuestión económica entró en juego y aún nos enfrentamos<br />

al dilema diario de querer darle lo mejor, ocuparnos el mayor<br />

tiempo posible y trabajar para sostener todas sus necesidades.<br />

Además, está esa sensación de incertidumbre por el futuro de<br />

tu hijo que paraliza y que si la dejás avanzar puede llegar a ser<br />

aniquilante. En esa primera etapa, en la que cuesta abrirse al<br />

exterior y contar lo que está pasando, me hizo bien leer o mirar<br />

algunas cosas. Libros como 31 Canciones de Nick Hornby, que<br />

tiene dos capítulos dedicados a la relación de su hijo autista<br />

con la música, y El curioso incidente <strong>del</strong> perro en la medianoche, de<br />

Mark Haddon. Una nota <strong>del</strong> periodista Sebastián Campanario<br />

en la revista Viva, que hablaba de su hijo con TGD. Un corto<br />

animado de un director francés llamado Frédéric Philibert, en<br />

el que su hija cuenta cómo se relaciona con su hermanito autista.<br />

De a poco la tristeza y la desesperanza fueron cediendo.<br />

No digo que hayan desaparecido, cada tanto me acechan, sobre<br />

todo cuando Felipe se pone mal inesperadamente porque algo<br />

imperceptible para nosotros lo afectó. Pero entendí por qué<br />

Hornby dice que el autismo es una condición que puede ser<br />

fascinante, con risas, placer y excitación mezclados con tristeza<br />

y preocupación.<br />

Curiosamente, y con esto voy terminando, me costó menos dejar<br />

de lado los planes que tenía en mente para mí mismo que<br />

los que había proyectado para Felipe cuando nació. Supongo<br />

que a muchos padres nos pasa algo parecido con nuestro primer<br />

hijo, sobre todo si es varón: visualizamos de alguna forma<br />

cómo van a ser los grandes hitos en su crecimiento. Yo pensaba<br />

que iba a caminar, hablar, jugar al fútbol, ir a la cancha, empezar<br />

el colegio, tocar un instrumento y así. Cosas que daba por<br />

sentado, que iban a suceder inexorablemente y que yo iba a ser<br />

48 - Hernán España

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