Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Está claro que mi razonamiento lineal de ingeniero cambió después<br />
de esos noventa y tres días, después de las operaciones<br />
de la vista de Ramiro, de las lentes de contacto y, como broche<br />
final, después <strong>del</strong> diagnóstico de TEA de su neuróloga. La<br />
relatividad y la flexibilidad humana me llevaron a cambiar el<br />
chip. Mis expectativas, no sólo con Ramiro sino también con<br />
Cloé, empezaron a mutar y a hacerme intentar disfrutar de la<br />
vida de otra forma.<br />
Seguramente ustedes se preguntarán cómo se hace esto. Y no<br />
me equivoco si les digo que siempre tratamos de encontrar<br />
como respuesta las expresiones de felicidad de Ramiro. Cuando<br />
salta, cuando se ríe, cuando frota sus manos con cierto nerviosismo<br />
y aplaude, cuando una vez que le anticipamos alguna<br />
actividad nos agarra la cabeza y nos pide confirmación, aunque<br />
nos taladre el cerebro.<br />
Pero el camino no siempre es plano, a veces tiene pendientes<br />
que cuesta subir. Cuando Ramiro tenía tres o cuatro años, era<br />
muy difícil anticiparnos a sus necesidades y a sus gustos. Ramiro<br />
nos enseñó a ser equilibristas, pero de esos que no ponen<br />
una red abajo por si las cosas salen mal. Recuerdo que un día,<br />
cruzando una calle, Rami me hizo uno de sus berrinches gritando<br />
y acostándose horizontal en el medio <strong>del</strong> pavimento. Nuestra<br />
flexibilidad y capacidad de padres a veces se pone a prueba<br />
de maneras que no siempre podremos asimilar ante la atenta<br />
mirada <strong>del</strong> común de la gente que nos compadece/culpa sin<br />
miramientos. Me costó varios días entender que el disparador<br />
fue haber cambiado el recorrido que normalmente hacíamos<br />
para ir hasta la casa de mi mamá. Mientras tanto ya empezaba a<br />
comprender que lo importante ya no iba a ser si “Rami” aprendería<br />
el abecedario, las tablas de multiplicar o las capitales de<br />
Europa. Lo importante era cómo yo podría decodificar estas<br />
cosas, superarlas y lograr que Ramiro sea feliz.<br />
Y finalmente cumplí algunos de mis preconceptos de padre y<br />
lo llevé a la cancha. A Ramiro le encantó ir a la cancha de Vélez.<br />
Me dijeron que los chicos con autismo pueden sufrir en<br />
Gastón Fornasier - 31