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las gravísimas consecuencias
familiares de los accidentes.
Y afortunadamente la sociedad
va concienciándose en
adoptar cuantas medidas
preventivas puedan evitarlos.
Extrememos pues la vigilancia
y los cuidados en las
fechas que se aproximan.
Aunque sea inevitable, la
presencia de algún terrorista
de la carretera, que como un
huracán, o un tifón de los
que últimamente han aparecido
en otros lugares, del
mundo, se lleve de manera
inevitable por delante la vida
de otros semejantes.
Lamentablemente no son
malos presagios, son cifras.
Y es bueno colaborar siempre,
con la reflexión oportuna,
en la adopción de medidas
preventivas que puedan
rebajarlas, con la esperanza
de que alguna vez pueda
conseguirse la erradicación
de esta lacra de tanto accidente
en carretera. Aunque
ya se sabe que es uno más
de los peligros de la vida
misma. El riesgo de vivir,
que según Baltasar Gracián,
en "El Crticón", "es caminar
sobre un hilo, más aún
sobre un cabello, más aún
sobre la vida misma"
Y tener las fiestas y la vida
en paz.
Y disfrutar de las mini vacaciones
navideñas en familia
olvidando el trabajo por
unos días y el ajetreo de
horarios plazos y tareas, y
tener preparada la sonrisa
para el saludo y los buenos
deseos, como la que hay
que preparar para terminar
esta lectura sin la congoja
de los accidentes en carretera,
con motivo precisamente
del trabajo y tanto
sobrecargarlo en nuestra
agenda.
Y es que un individuo se
presentó a la puerta de la
casa de un señor que puso
un anuncio pidiendo mayordomo.
El señor, altivo, lo mira de
arriba a bajo, de derecha a
izquierda, ajusta sus lentes
para verlo mejor, y acaba
diciéndole:
-Le tomaré a usted bajo las
siguientes condiciones:
"Se levantará a las seis de
la mañana. En seguida,
sacará el perro a pasear.
Después paseará a los
niños. Inmediatamente hará
las habitaciones, más tarde
irá de compras, después
lavará el coche, paseará de
nuevo a los niños y hará la
limpieza de la cocina.
Terminado este trabajo servirá
el aperitivo, pondrá la
mesa y servirá la cena. Ah,
y todas las tardes, después
del café regará el jardín".
Al terminar el señor, el
mayordomo responde:
- Y por casualidad ¿ no
habrá en su tierra buena
arcilla? Es que, sabe usted,
en los ratos de descanso
podría hacer todos los días
un centenar de ladrillos.
Felices Navidades,
compañeros.
''afortunadamente la sociedad va concienciándose en adoptar
cuantas medidas preventivas puedan evitarlos''
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L. ...