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Hi t ria e na
i tarra
Manuel González para con-
dación y recogimiento para
su transformación en canto
o llanto, nos muestra una
guitarra en fase de secado
del montase, bajo la tensión
de miles de cuerdas.
Siempre imaginamos la guitarra
en su estado adulto,
caminando por las veredas
del cante, sin percibir o darnos
cuenta de su período
de conformación o hechura
y sus múltiples fases.
En ese mundo de la intrahistoria
es donde se adentra
Ma Luisa que, enamorada
de la guitarra, ha querido
indagar en su origen y
narramos con la plasticidad
de la luz y de la imagen,
como el madero se transforma
en criatura musical.
Las más de setenta fotogra-
fías que componen el libro,
muestran, minuciosamente,
en blanco y negro, porque
lo importante es la luz y la
mirada del artista, como se
construye, paso a paso una
guitarra. Es una profundización
en las entrañas de un
instrumento que se va apareciendo,
tomando forma
poco a poco, palito a palito,
en una mirada amable a
cada cédula que será colo-
cada ordenadamente por la
mano del constructor Juan
formar el esqueleto de un
nuevo ser.
El libro, aparte del cariño
que desprende a cuanto
mira, tiene una manifiesta
proyección didáctica, no
solo por como muestra el
proceso de construcción
sino por dar nombre a cada
una de sus piezas. Ahora
comprendo que no era pensable
que existiera una guitarra
que no luciera un
tacón, un tacón para el
baile.
El mérito del libro lo
encuentro, sobre todo, en la
forma de mirar. La fotografía,
nos dirige la mirada
hacia lo importante y con la
... ,
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L. .J
sencillez del blanco y negro
hace sublime lo vulgar, el
taller de un artesano, un
simple trozo de madera. Ahí
está el talento.
El talento de Ma Luisa
Jiménez que inspira a cada
fotografía el soplo misterioso
del arte que lo anima,
como " el aliento de vida"
que Yavé Dios inspiró en el
rostro del hombre formado
del polvo de la tierra "y fue
así el hombre ser animado"
(Génesis 2,7). Y es que las
fotografías de Ma Lu isa tienen
alma. Y por eso hablan.