diccionario print - Historia de Tudela

mancala
el corralón de las Clarisas, en aquellos momentos estación
de autobuses de la ciudad. Todo el mundo al ver a pie de calle
semejantes manos, comenzó a decir que eran unas manazas
muy grandes, y con este apodo de manazas se quedó
la imagen del Corazón de Jesús en Tudela.
MANCALA. Se dice de una persona que hace las cosas corriendo
y de mala manera. (Corella.)
MANCERGAS. Persona de pocas luces, soso, atontado. (Cabanillas.)
MANCHADO. Se denomina así a un café solo al que se le
añaden unas gotas de leche. (Uso casi general.)
MANCHADOR. Cargo u oficio medieval y que ha perdurado
en Tudela hasta el siglo XIX. (Uso general.)
Se denominaba manchador a un individuo fuerte, que se dedicaba
a levantar tanto los fuelles del órgano de las iglesias
como de las fraguas. En unos datos históricos sobre la música
en la catedral, consta que el manchador en 1601 se llamaba
Pedro de Oteiza y que el cabildo le hizo un vestido, que
costó 5 ducados y 8 tarjas; que en 1603 le compró un traje y
una montera y que en 1607 le regaló una capa de paño pardo.
Consta igualmente que en 1610 se hace un herreruelo y
que en 1622 compró el cabildo al manchador un capote, calzones
y zapatos, que costaron 26 reales.
MANCHUGAS. Argumentos inconsistentes, tonterías, embrollos:
«Para salirse con la suya expuso unas manchugas,
que no había hijo de madre que se las creyese». (Arguedas.)
MANCHURRIAO (DA). Manchado, sucio: «Vino todo manchurriao».
Normalmente cuando se usa esta palabra, las
manchas se las ha hecho uno mismo. (Ribera.)
MANCHURRIARSE. Mancharse. (Ribera.)
MANCHURRÓN. Mancha grande: «Se echó un manchurrón
en el pantalón». (Ribera.)
MANCHURRUTEAO. Manchado, sucio. Normalmente se
usa con el significado de pintarrajeado: «Vino todo manchurruteao».
(Ribera.) 1203
MANCHURRUTEARSE. Mancharse, ensuciarse. (Ribera.)
MANDADA. Mandadera, persona que se encarga de hacer
mandados o recados. Antiguamente era un oficio muy extendido
y todos los conventos, principalmente los de monjas
de clausura tenían en Tudela sus mandaderos o mandaderas,
que eran personas que se preocupaban de hacer las
compras y llevar las cosas que necesitasen. Existían manda-
1203 El IVH da este verbo mancharrutear como de uso exclusivo en Navarra.
deros en los conventos, iglesias, y otros establecimientos públicos.
(Tud., Cabanillas.) 1204
BIEN MANDADA (O), se dice de una persona que es bien
mandada cuando es dócil, obedece sin protestar a lo que se
le dice o se le manda: «Este chico es muy bien mandao».
MANDAO. Recado. (Véase Mandau o Mandao.)
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MANDANGA. Se emplea además de tonterías, cuentos o pejigueras
que indica el diccionario, con el significado de faena
o trabajo: «Menuda mandanga tenemos mañana cuando
nos levantemos, no creo que podamos acabar antes del medio
día». (Tudela.)
Igualmente como asunto o cosa turbia, enredo: «No sé nada
pero en este asunto veo yo que hay mucha mandanga». (Tud.,
Cascante.)
SER UN MANDANGA, ser vago, mal trabajador.
MANDAR. Se usa con el significado de hacer una proposición,
ofertar un precio: «Le mandé doscientos duros por que
me cavase el campo y no quiso» o «¿Cuánto me manda por
estos melocotones?».
En una jota de protesta de los segadores, para revindicar una
peseta más de salario habla del mandar en este sentido:
A cuatro pesetas mandan
todo el mundo se sosiegue.
mientras no manden a duro,
¡El que lo ha sembrau, que siegue!
¿MANDE?, expresión que se usa como contestación hacia
una persona mayor o a la que se le debe respeto, con el significado
de ¿Dígame?, ¿Qué quiere?
MANDARSE PA UTRI, esto de mandarse pa utri no parece
bien expresado gramaticalmente, no se puede hacer un reflexivo
hacia otro. En Tudela lo de mandarse era una expresión
habitual y se decía cuando uno era contratado a trabajar
para otra persona. (Tudela.)
En otros pueblos se decía solamente mandar: Ya estoy mandao
o solamente ir pa utri y ya se entendía que era que trabajaba
para otro. (Ribera.)
Desde tiempos antiguos existía en Tudela la costumbre, de
al anochecer y en ciertas calles, normalmente donde había
tabernas (se hacía en las cercanas al Puente y la Magdalena,
San Nicolás, San Julián o la del Portal), acudir los peones
del campo que estaban libres sin trabajo, para ser contratados
para el día siguiente. Allí acudían tanto obreros como
patrones o sobrestantes y quedaban de acuerdo, el uno
en el precio que iba a pagar y el otro en acudir puntual al
trabajo. Esta costumbre persistió hasta los años 1960 ó 1965
aproximadamente.
Como cosa curiosa podemos decir, que una vez contratado
y para quedarse con los amigos bebiendo, lo que solían ha-
1204 Esta palabra aparece al menos en cuatro de ocasiones en el capítulo primero
de un manuscrito de 1823, de una monja dominica, priora del convento
de Tudela y natural de Cabanillas.