diccionario print - Historia de Tudela

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ANDRAGUERA. Aldraguera, mujer chismosa y que le gusta
saber y estar en todas las comidillas. (Fitero, Valtierra.)
ANDRÓMINAS. Consideraciones, respetos, cumplidos, formas
de actuar un tanto haciendo la rosca o la pelota: «No me vengas
con andróminas y dime exactamente lo que quieres». (Corella.) 216
ANDUJEAR. Véase Andujiar.
ANDUJIAR. Toquitiar, sobar, manosear. Se suele decir principalmente
de las personas y sobretodo referido a las mozas:
«La fulana está más andujiada que un higo chumbo», es decir
pasada de mano en mano, andada, manoseada. A los higos
también es costumbre el andujiarles y toquitiarles y apretarles
para ver si están maduros. (Ribera.) 217
ANDURREAR o ANDURRIAR. Ambas palabras con el
mismo significado se emplean en dos acepciones la primera
como ir de un lado a otro: «Estuvieron toda la tarde andurreando
detrás de las mozas». (Ribera.) También en plan de
hurgar, de toquitiar: «Tenía una postilla en la rodilla y con
el dedo se la estuvo andurriando». (Ribera.)
ANEJAR. Anegar, inundar un campo, pieza o terreno de cultivo.
(Cintruénigo, Fitero.)
ANGANILLAS. Angarillas. Se llamaban así a un apero agrícola
hecho en mimbre, con varias cavidades, normalmente
cuatro, que semejaban una especie de bolsas y que se ponía
sujeto al baste de las caballerías, para transportar en él cosas
delicadas, como botijos o recipientes de cerámica para
líquidos. (Uso general.)
También se llaman así un armazón de mimbre que se le ponía
a la caballería para llevar ciemo. (Valtierra.) En otros sitios
anganillones. (Fitero.)
Es palabra que en esta zona aparece ya desde antiguo, la conozco
citada en Cintruénigo del año 1596.
FINCAS UNIDAS EN ANGANILLAS, se les dice a dos fincas que
no están pegadas entre sí, pero que se unen en un punto.
ANGANILLÓN. Se emplea como insulto hacia una persona
con piernas largas y desproporcionadas. (Cortes.) 218
Apero agrícola compuesto de dos apartamentos en forma de vasos
grandes que se ponían a lomo de las caballerías para el transporte
de diversos productos agrícolas, tales como frutas, patatas,
remolacha, zanahorias etc. y también estiércol o ciemo. (Fitero.)
Capacho de esparto de gran tamaño como un serón, que se
utiliza principalmente para el transporte de fiemo (Ablitas.)
216
En castellano tiene un significado en cierto modo similar, como embustes,
enredos.
217
Aunque este verbo se da como de uso exclusivo en Navarra, la palabra andugiada,
referida a una mujer, la rengo recogida también en Calahorra.
218
Esta palabra se emplea también en Mallén pero no aparece en los diccionarios
aragoneses y sí en el de José Mª Pastor Tesoro léxico de las hablas
riojanas con el significado de zafio, desgarbado.
andraguera
ÁNGEL. Existe una frase muy conocida de la ceremonia de
la bajada del Ángel, que se celebra en Tudela, para decirle
a uno que tiene mala suerte: A ése no le faltaba más que hacer
el Ángel, que se rompiera la maroma y matase a un forastero.
(Tudela.)
Lo de matar a un forastero procede de un cuento tudelano
en el que se cuenta que se cae el Ángel y se extiende un murmullo
por la plaza:
–¡Qué desgracia! ¡Qué desgracia! Al caer ha matado a uno.
Poco después vuelve a extenderse un rumor:
–Qué alegría, ¡Milagro! ¡Milagro!
Uno de los asistentes pregunta
– ¿Milagro porqué?, si ha muerto uno.
A lo que le contestan:
–Es que era forastero.
FUMARSE HASTA LA SOGA DEL ÁNGEL, frase muy exagerada
que se emplea en Tudela para decir que una persona
fuma mucho: «No dejes el tabaco al alcance de ese, que se
fuma hasta la soga del Ángel».
MÁS LARGO QUE LA SOGA DEL ÁNGEL, es una frase típica
tudelana, comparando la largura de la soga que se emplea
para que el Ángel descienda por la maroma el Domingo
de Resurrección, con otra cosa cualquiera.
ANGELICAL. Higuera que da los higos llamados angelicales,
una de las variedades más apreciadas. (Tud., Ablitas,
Cabanillas.)
ANGELICALES. Variedad de higos que se llaman así por
ser muy dulces. (Tud., Cabanillas.)
A las higueras que dan esta variedad se les llamaban angelicaras.
ANGELICOS. Párvulos. Se les llamaba así a los niños pequeños
cuando morían, los también conocidos como parvulicos.
Se solía decir cuando moría, ¡Angelicos al cielo! También ¡Angelicos
de Dios! (Tudela.)
Fue muy conocida en Tudela la llamada Fuente de los Angelicos
que había en la Plaza Nueva y que todo el mundo conocía
así porque tenía cuatro figuras de niños pequeños, que
soltaban agua de un cántaro o jarro que tenían en la mano.
Luis Gil Gómez le dedica una poesía a esta fuente de la que
copio las primeras estrofas:
Fuente de los angelicos,
fuente de la Plaza Nueva,
vieja pila bautismal
de los muetes de Tudela.
¡Cómo alegra tu recuerdo
y cómo duele tu ausencia!
ANGOBIDO. Es una forma rústica de decir agobiado, preocupado.
(Ribaforada.) 219
219
Es palabra que cita Iribarren, pero que en la actualidad ha debido desaparecer,
ya que no me la confirman.