diccionario print - Historia de Tudela

Presentación de esta tercera edición 10
Un gran valor de esta obra es la gran cantidad
de información que Marín recoge y nos ofrece
en la descripción de las palabras, pero todavía
resulta más valioso el conjunto de casi dos
mil notas a pie de página, lo que no es habitual
en un diccionario, en las que se transmite el inmenso
caudal de información que el autor ha
manejado.
Si alguien puede pensar que el habla de la
Ribera es uniforme en todo su ámbito, podrá
comprobar con la consulta de este libro que no
es así, pues se demuestra una riqueza lingüística
extraordinaria en las variadas denominaciones
que un mismo objeto o acción reciben en las
distintas localidades de este territorio. Puede parecer
increíble hasta dónde puede llegar esta variedad.
Así a un columpio, ese simple asiento
suspendido de una rama de árbol, de una barra
u otro elemento, a través de dos cuerdas o cadenas,
que se utiliza para balancearse, se le denomina
con modos tan distintos como BALAN-
DRANGA (en Arguedas y Valtierra), LAS BARCAS
(en Buñuel, Tudela y Tulebras), BANDEADOR O
BANDIADOR (Corella y Tudela), BANDIADOR
(en Fontellas y Mélida), COLUMPIO (en Ablitas,
Cascante, Castejón, Corella y Tudela), CINGA-
LA (en Cabanillas y Fustiñana), DESBANDIA-
DOR (en Mélida), ESPINGADOR (en Buñuel),
FALANDRANGA (en Valtierra), FARIANDA (en
Cadreita), RESPINGADOR (en Cortes), RESPIN-
GO (en Cortes), TIN-TAN o TINTANES (en Cascante),
ZARANDIADOR (en Tulebras). Y si consideramos
localidades cercanas a la merindad,
vemos que columpio en San Adrián se dice AGU-
LLANDA; en Milagro, al lado de Villafranca y Cadreita,
BULLANDA; en Marcilla, BILINGANGA;
y en Peralta, al hecho de montarse en él, columpiarse,
le dicen REBANCIARSE.
Para denominar una acción tan sencilla como
llevar a un niño bien a la espada o montado
sobre los hombros, vemos como, sin salir de los
23 municipios de la Ribera tudelana, se emplean
hasta 18 expresiones diferentes. Así, de un
pueblo a otro vemos que lo llaman: A CORDE-
ROS, A CORDERETAS, A ANJÓN, A CAPILLERAS,
A EMPOLENTAINAS, A COTENAS, A GARRA-
MANCHÓN, A GARRAMANCHONES, A CARRA-
MANCHÓN, A CARRAMANCHONES, A COSCO-
RETAS, A COSQUERETAS, A ANCHAGARRAS, A
HORCAJADAS, A CABALLO, A ARRECABALLI-
CO, A ARREBURRO, A ANCHAPATAS.
Bien sabemos que el lenguaje es plenamente
dinámico. Lo podemos comprobar en un tiempo
como el actual, en el que los medios de comunicación
hacen que las expresiones que utilizamos
cambien con velocidad de vorágine, se
uniformicen los términos y se adopten o abandonen
palabras según modas o tendencias. Por
eso, al lector de esta obra le resultará especialmente
curioso descubrir una gran serie de palabras
que se utilizaban antes, hace no más de
50 años y que hoy Marín, aunque las incluye como
patrimonio de nuestra cultura, señala que
ya no se utilizan.
La aparición, hace dos años, de la primera
edición de esta obra, supuso un acontecimiento
cultural para la Ribera de Navarra, especialmente
por la calurosa acogida que tuvo entre los ciudadanos
y que obligó al autor a realizar inmediatamente
una segunda edición. Desde ese momento,
Luis María Marín, reconfortado por el
éxito, no ha dejado de trabajar, junto con su
magnífico equipo de colaboradores de Tudela y
de las localidades de la Merindad, para ampliar
el contenido de esta obra. Así, para conseguir la
puesta a punto de esta tercera edición, el autor
preparó un amplio cuestionario que repartió entre
casi un centenar de personas en los veintitrés
pueblos merindanos y su esfuerzo ha sido
productivo, pues las aproximadamente 6.100 palabras
que tenía la primera edición, se han convertido
en algo más de 7.300, y las casi 3.000 expresiones
o frases han aumentado en la misma
proporción. Por citar un par de ejemplos, vemos
como Corella, que en la primera edición aparecía
citada en 610 ocasiones, en esta nueva edición
es nombrada 793 veces; y Ablitas, que en la
primera acumulaba 585 referencias, en esta tercera
es citada en 738 ocasiones.
Ahora, el Gobierno de Navarra, en su afán de
potenciar la cultura como seña de identidad propia,
presenta esta tercera edición, corregida y
aumentada, de una obra que entraña un gran interés
puesto que define el espíritu y la esencia
histórica de la Ribera, parte sustancial de la Comunidad
Foral de Navarra.
Corella, 31 de octubre de 2006
Alberto Catalán Higueras
Consejero Portavoz del Gobierno de Navarra